Assassin’s Creed Origins es exactamente lo que prometía. Esperar un año para la aventura de Bayek ha merecido la pena, y hablamos de un lanzamiento extraordinario que nos devuelve al mejor estado de forma de la franquicia.
Eastward llama la atención por su precioso homenaje a la era de los 16 bits, pero realmente te atrapará cuando descubras una narrativa propia de Hayao Miyazaki y una jugabilidad altamente inspirada en los clásicos Zelda. Una aventura de acción que no se hace nada corta, que posee una considerable variedad y que además es bellísimo en sus planos visual y sonoro.
Ocean's Heart está algo lejos de la calidad de los Zelda 2D producidos por Nintendo, pero aun así ofrece un acercamiento muy entretenido, con un mundo a explorar bastante sólido, así como mecánicas y retos que pueden mantenerte atrapado durante varias horas.
Assassin's Creed Odyssey es un comienzo ilusionante para la toma de decisiones en la saga de Ubisoft. Definir nuestra historia por nosotros mismos es algo con lo que siempre habíamos soñado en esta serie, y aquí se ejecuta en algunos aspectos tímidamente y en otros con buen pulso y firmeza.
Salt and Sanctuary no busca innovar y no reniega de sus inspiraciones. Pero una vez las aceptas, encontrarás un título más que sólido, lleno de desafíos, que traslada la fórmula Souls a las dos dimensiones, mezclándolo todo con el género Metroidvania. Un título largo que se presenta como una de las grandes sorpresas en cuanto a juegos digitales de lo que va de año.
Assassin's Creed Valhalla es una buena entrega dentro de la nueva forma de hacer las cosas en Ubisoft iniciada con Origins y continuada con Odyssey. Más comedida en muchos aspectos, sabe mirar a lo bueno de sus antecesores, rescatar viejos conceptos y actualizarlos haciéndolos accesibles al jugador de hoy día.
Darksiders Genesis puede aparentar ser un Diablo, pero es un verdadero Darksiders con un cambio de perspectiva. Se centra principalmente en los combates, sí, pero no olvida la exploración, los puzles e incluso las plataformas. No está exento de fallos, ya que a la larga acusa una cierta repetición y algunos capítulos no son tan redondos.
Con más retraso del que merecían los usuarios de PC, Costume Quest es una compra más que recomendable, pues aunque no sea el título más complejo ni el más original del momento, sí consigue con sus diálogos y diseño atrapar a mayores y pequeños en su fantástico mundo. La inclusión de su expansión, que añade tres horas de juego extra, es otro aliciente más para no perderse este trabajo de Double Fine.
Revivir el fin de los días hasta, de algún modo, dar con la clave que evite el apocalipsis. Nadie puede negar que Omensight plantea una historia de gran calidad, bien escrita, con personajes interesantes y muchas sorpresas.
Bastante largo, con una gran variedad de localizaciones y un sistema de combate cooperativo muy divertido, que nos hará disfrutar como nunca rebanando pescuezos de orco y masacrando trasgos con flechas y hechizos mágicos.
La propuesta de No Straight Roads es interesante y hasta cierto punto entretenida, con ciertas dosis de desafío. Es una lástima que su acción hack 'n slash no vaya al unísono de la potente banda sonora que contiene, puesto que esa era el objetivo principal del juego.
Todavía es pronto para saber si este lanzamiento hará daño a la marca a largo plazo, porque ya sabemos que el usuario muchas veces ni perdona ni olvida y Fallout 76 es la peor entrega de la saga con diferencia: No hay forma de maquillar eso. Así que es imposible recomendar su propuesta RPG multijugador más allá de los hardcore del on-line y los adictos a los botínes y la progresión.
Salt and Sacrifice es un videojuego notable para jugar con amigos, para matar jefes gordos y subir de nivel, pero se sacrifica el viaje, la fluidez y el ritmo del primero. El juego consigue enganchar en ese bucle de matanza y persecución, pero ideas como la de ir detrás de los magos por el escenario no acaban de cuajar.
