La irrupción de ChatGPT, el bot conversacional que ha revolucionado la industria tecnológica, ha puesto patas arriba la misma desde que entró en escena a finales de 2022. En apenas unos meses, la herramienta de OpenAI ha conseguido convencer a cientos de millones de usuarios que, a diario, sacan partido a las virtudes de la misma. Por ello, firmas de la talla de Microsoft y Google han buscado emular el éxito de la IA. Y, para desgracia de la segunda, los resultados de ambas no pueden estar más alejados.
Por un lado, Microsoft ha conseguido implementar con éxito las posibilidades de ChatGPT en Microsoft Bing, el buscador de la compañía que está consiguiendo recortar terreno a Google. Sin embargo, la firma norteamericana no se ha querido quedar de brazos cruzados y está buscando mejorar Google Bard, una herramienta similar a ChatGPT que presentó a mediados de febrero. Pero, para su desgracia, la consideración interna de los empleados de la compañía va en una dirección opuesta a las intenciones de la misma. Y es que, tal y como recoge The Verge, los miembros de Google consideran que este es un “intento inútil” ya que Bard, a diferencia de sus competidores, es “un mentiroso patológico”.
Los empleados de Google no ven con buenos ojos la entrada en la IA de la compañía
Después de charlar con casi una veintena de trabajadores actuales y antiguos de Google, Bloomberg publicó un sorprendente informe en el que plasma que todos estos no están conformes con la dirección actual de Bard. Al parecer, estas personas relacionadas con la compañía consideran que la IA ofrece a los usuarios consejos peligrosos sobre temas tan delicados como aterrizar un avión o bucear. Además, también señalan que Bard llegó a “invalidar una evaluación de riesgos” presentada por un equipo interno que señaló, a raíz de distintas pruebas, que el sistema no estaba listo para su uso general.
Por ello, empleados de la compañía criticaron duramente a la IA al señalar que “es peor que inútil”, un mensaje al que añadieron advertencias como “por favor: no lo lancéis”. A su vez, otros mensajes internos a los que Bloomberg tuvo acceso hacían hincapié en que el sistema era un “mentiroso patológico” ya que cedía constantemente a distintas invenciones que ponían en duda eventos reales. De esta forma, aunque han pasado más de dos meses desde la puesta en escena de Google Bard, los miembros de Google no han cambiado de impresiones sobre el resultado de la inteligencia artificial.
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