En aquellos tiempos, cuando los océanos separaron Atlantis y emergió el amanecer bajo los soles de Aries, se forjó una época increíble de cine épico, los años 80. En medio de esta era de leyendas, Conan El Bárbaro estaba destinado a ser un taquillazo que lanzara la carrera de unos de los actores del cine de acción más importantes de la industria, Arnold Schwarzenegger. Solo los suyos tuvieron el privilegio de relatar su extraordinaria saga. Así pues, deseo sumergirme en los detalles de aquella época de aventuras sin igual, marcada por un accidente épico que casi acaba con la película y puso en peligro la carrera misma de Schwarzenegger.
El año 1982 marcó un antes y un después en la carrera de Arnold Schwarzenegger con el estreno de Conan el Bárbaro. La película presentó al público a un Schwarzenegger invulnerable, blandiendo una enorme espada y enfrentándose a un malvado hechicero (el mismísimo Darth Vader, o al menos su voz, James Earl Jones). Una historia épica más grande que la vida misma, como solo el talento combinado de John Milius, Oliver Stone y Raffaella De Laurentiis podrían conseguir.
El papel protagonista del personaje creado por Robert E. Howard no solo desafió sus habilidades actorales (de haberlas), sino que también lo estableció como un ícono indiscutible del cine de acción. Sin embargo, el rodaje de esta epopeya no solo tuvo que hacer frente a todos los problemas con los que se topa una superproducción, sino que casi se acaba durante el rodaje de la primera escena del primer día.
La siempre peligrosa y desafienta Ávila
El inicio del rodaje de Conan el Bárbaro en Ávila fue en una experiencia dolorosa y traumática para Schwarzenegger de la que todavía se acuerda. En palabras del propio actor:
Fui atacado por un perro en el primer día de rodaje. Me arrastró desde las rocas hasta un arbusto de espinas y tuvieron que darme puntos en el set.
Una de las escenas memorables involucra a Conan enfrentando lobos después de ser liberado como esclavo. En el guion, los lobos perseguían a Conan como si fuera un suculento manjar. No obstante, la realidad superó a la ficción cuando los lobos vieron a Schwarzenegger como una presa real. Uno de los perro utilizado en el rodaje logró moder al actor y lo hizo caer desde la roca elevada en la que se encontraba hasta un arbusto espinoso. En la toma de la escena puede escucharse claramente al bueno de Arnold gritar de dolor y al entrenador de los perros correr hasta al actor ante la preocupación del equipo de rodaje.
A pesar de los problemas, la escena resultó impresionante visualmente, aunque se hizo evidente que los perros utilizados no estaban completamente entrenados. De hecho, atacaron varias veces a su propio adiestrador. Este incidente no solo fue un doloroso susto para la estrella protagonista de la película, sino que también sembró dudas sobre la viabilidad de la producción en sí y puso en peligro la carrera de Schwarzenegger antes de que tuviera la oportunidad de despegar por completo.
El rodaje de Conan el Bárbaro no solo presentó problemas relacionados con las armas y las acrobacias. Los accidentes ocurrieron incluso en secuencias que no involucraban cortantes y afilados objetos de acero. Por ejemplo, un especialista chocó contra una cámara mientras cabalgaba a toda velocidad en un caballo, además de hacer frente a diferentes denuncias de maltrato a animales durante la producción.
A pesar de los desafíos y las dificultades que enfrentó en el rodaje de Conan el Bárbaro, Arnold Schwarzenegger demostró un tremendo compromiso con su papel, consciente tal vez de que se trataba de una oportunidad única para reconducir su carrera del mundo del culturismo al del cine, como así fue.
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