No estaba demasiado entusiasmado con esta tercera temporada de The Mandalorian. Que sí, que tenía algún momento puntual que me hacía gracia, pero en general me parece que había perdido el paso en cuanto a tono y dirección narrativa. En mi opinión al bueno de Mando le faltaba la fuerza en la pegada que había tenido en las temporadas anteriores, y sí es verdad que el personaje de Bo-Katan estaba reclamando un protagonismo que sin duda merece, pero a base de acumular episodios un poco anecdóticos. Pero no pasa, porque este penúltimo episodio, Los Espías, me ha reconciliado por completo.
Y la verdad es que de eso va un poco este episodio. De reconciliar cosas: a los fans unos con otros, las tramas, las diferentes eras de la cronología de la Saga Star Wars, a los mandalorianos, y a los que, como yo, estábamos un poco de fuera de juego con esta tercera temporada de The Mandalorian. Avisamos también a los lectores que este texto concilia también con spoilers del séptimo episodio de esta temporada de la serie, así que si no lo has visto todavía, acude presto a la llamada del beskar y nos reencontramos en el siguiente párrafo. Si ya lo has visto, imagino que estarás tan entusiasmado como la mayoría de fans que han compartido la experiencia, así que vamos a ver por qué este episodio es tan importante para la coherencia del Universo Star Wars.
Uniendo las cronologías de Star Wars
En esta ocasión he tenido la suerte de poder ver el episodios acompañado de muchos más fans, nada menos que en la Star Wars Celebration de 2023, con Dave Filoni, Jon Favreau, directores y reparto como anfitriones, y la reacción fue prácticamente unánime. Siempre habrá algún descontento, está claro. A veces pareciera que a los fans de Star Wars nos gusta más estar descontentos que contentos… El caso es que el entusiasmo generalizado al ver el episodio fue tremendo. Y es verdad que este capítulo no es redondo. El arranque resulta algo tibio, a lo mejor, pero enseguida empieza a acelerar. Algún que otro chiste parece algo forzado, pero no resulta ridículo como en otras ocasiones. Y una vez metidos en harina, es difícil que un fan de Star Wars no se deje llevar con semejante entrega de la serie.
El Star Wars Clásico y el Star Wars Actual juntos en una imagen. Imagen: Lucasfilm
Tenemos guiños a diestro y siniestro para todos los fans, da igual si eres de los que creen que no se ha hecho nada bueno en la franquicia desde 2012, si lo tuyo eran las novelas del Universo Extendido que "descanonizó" Disney, si por edad el núcleo duro de "tu" Star Wars es la trilogía de secuelas. O las series de animación. Y es que el equipo de guion, con Filoni a la cabeza, viene a hacer en este episodio lo que Filoni viene haciendo desde que trabaja en Lucasfilm: cerrar tramas, tapar agujeros, y expandir y mejorar líneas narrativas. Una suerte de coche escoba que cierra el desfile de los grandes estrenos cinematográficos dejando a su paso una cronología coherente y recién pulida.
Filoni viene a hacer en este episodio lo que Filoni viene haciendo desde que trabaja en Lucasfilm: cerrar tramas, tapar agujeros, y mejorar líneas narrativas
Aquí lo hace recuperando elementos de aquellas tremendas novelas de la Trilogía de Thrawn (o de La Nueva República) de Timothy Zahn, fundamentales para entender lo que va a pasar de ahora en adelante en Star Wars. Los coloca en escena junto a ideas presentadas en la última trilogía cinematográfica. Y de alguna manera, las dos piezas encajan. Es muy difícil, pero lo logra de manera natural, con unas elegantes líneas de diálogo. Una cosa es traer de vuelta al Almirante Thrawn, algo completamente esperable, y otra recuperar al Consejo Sombra y hacerlo utilizando a personajes como Gilad Pellaeon y Brendol Hux. Y por si acaso, metemos un parte de pretorianos imperiales de los que vimos en el Episodio 8 de Star Wars.
Imagen: Lucasfilm
Tenemos también momentos de una belleza enorme, ese regreso de los mandalorianos a su hogar, una tierra prometida convertida en erial. Escenas que los aficionados llevan años imaginando y que esta semana han podido ver en pantalla, salteadas de acción y sorprendentes elementos. Novedades que enriquecen una mitología que no deja de renovarse y fortalecerse. Si el beskar fundido corre por tus venas como la sangre, es inevitable que el regreso a Mandalore de estos clanes guerreros te emocione. Y si recuerdas con cariño cómo las series de animación retrataron a esta civilización en su momento de mayor esplendor, terminarás este episodio con el corazón encogido.
¿Qué más falta ahí? Pues una vuelta de tuerca que haga que la trama presentada por The Mandalorian, con Moff gideon en el centro, se refuerce con un concepto tan importante para Star Wars como los Super-Comando imperiales, que ya estaban sobre la mesa de George Lucas a la hora de plantear El Imperio Contraataca, y que son el germen de Boba Fett, como Boba Fett lo es de The Mandalorian. Es cierto que los vimos antes en las series de animación de Filoni, pero parece que en acción real hacen más ilusión, ¿no?
Si en ese "encaje de bolillos" cronológico además, podemos meter alguna que otra escena emocionante, mejor que mejor. En este caso el director Rick Famuyiwa logra mantener el ritmo de manera extraordinaria, y es capaz de ir elevando el tono del episodio hasta dejarnos en los más alto. Esto tiene dos pegas, la primera, que a ver qué sacas en el siguiente episodio (el último de la temporada, por cierto) para rizar el rizo de este circo de tres pistas galáctico que tienen montado en Disney+; y la segunda, que queda una semana por delante y a los fans se nos va a hacer larguísima.
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