Desde primera hora de la mañana, los suscriptores de SkyShowtime pueden empezar a reproducir el décimo capítulo de la quinta temporada de Star Trek: Discovery. Dicho de otra forma, el final de la serie de ciencia ficción ya está disponible y con él y sus 85 minutos de metraje toca decir adiós a un programa que rescató del olvido en TV una saga que dominó la pantalla chica en los 90.
De Life, Itself (Como la vida misma), nombre con el que ha sido bautizado el último episodio de la ficción, no hablaré mucho al no poder entrar en detalles sin caer en spoilers, pero sí que diré que cierra sin complicación la gran búsqueda del tesoro en la que se ha visto envuelta Michael Burnham, hermana de Spock, después de salir a la luz una investigación relacionada con un capítulo de TNG.
Un final satisfactorio, sin más
No hay sorpresas, ni grandes giros capaces de cambiar la percepción de muchos aficionados sobre esta serie, pero sí que hay un epílogo bastante satisfactorio que resuelve un par de grandes misterios que intrigaba al público desde hace tiempo, y, a su vez, demuestra que Discovery quizás no estaba aún preparada para decirnos hasta siempre. Quedaban historias por contar con la tripulación del USS Discover, pero no apagué el televisor con esa sensación de cancelación abrupta que por desgracia tenemos todos aquellos que vimos Star Trek: Enterprise.
Aquella serie emitida entre 2001 y 2005 tuvo el pesar de ser el primer programa en ser cancelado de la franquicia desde la ficción original en los años 60. Su final apresurado es historia de cómo faltar el respeto a los espectadores, y también supuso enterrar la saga en la pequeña pantalla durante varios años, hasta que llegó Star Trek: Discovery que, impulsada por las películas de J.J. Abrams, trató de insuflar nueva vida en este universo ganando admiradores y detractores.
La primera serie de su clase
No lo tuvo fácil. Discovery fue la primera serie en muchas cosas para Star Trek. La primera en emitirse por un servicio de streaming, la primera en apostar por una trama serializada que decía adiós a los episodios autoconclusivos, la primera en hacernos viajar por una red cósmica micelial (así, como suena), la primera en no ser protagonizada (de inicio) por la capitana de la nave espacial que, en última instancia, provocó que su historia fuese, quizás, la menos coral hasta la fecha. También fue la primera en llevar sus aventuras a un nuevo milenio a pesar de que, en sus primeras dos temporadas, se vendía directamente como precuela.
Los guionistas buscaron revolucionar la franquicia y en alguna que otra ocasión tomaron decisiones creativas difíciles de entender (sí, esos klingon se veían feos), pero su ánimo por profundizar en la mitología de este universo sin temer las consecuencias nos dejó aciertos como contar con una emperatriz terrena de personaje recurrente, interpretada por la oscarizada Michelle Yeoh, o traer de vuelta al capitán Christopher Pike que gustó tanto que ahora tiene serie propia.
Sin Discovery, no habría Star Trek hoy
De hecho, Star Trek: Strange New Worlds no es el único spin-off surgido de Star Trek: Discovery. En el horizonte ya tenemos a Starfleet Academy, a rodar en los próximos meses, mientras la mencionada Yeoh protagonizará una TV-movie centrada en la infame Sección 31. También se habla de una película escrita por un guionista de la serie que igual podría estar vinculada a Discovery.
Nacer también bajo el fenómeno Marvel instó a querer darle más ritmo a sus historias y alejarse de ese carácter reflexivo y pausado de Star Trek, pero le sentaba bien y permitió llegar a nuevos públicos que ahora, quizás, se han sumergido en otros shows de Star Trek que de inicio les espantaban. No es mi tono preferido, pero mentiría si digo que no me he divertido en muchos momentos.
Quizás mi mayor pega con el programa una vez concluido sea esa insistencia en querer salvar la galaxia en cada temporada, pero al final lo que importa es el viaje y creo que después de haber devorado estos 65 capítulos (antes de ver su quinta temporada volví a visitar las cuatro anteriores) he sentido que respiraba amor por Star Trek y no olvidaré a sus personajes, aunque espero que vuelvan.
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