Con los padres de Halo Infinite reformados, ahora veremos de dónde vienen 10 años de problemas

Con los padres de Halo Infinite reformados, ahora veremos de dónde vienen 10 años de problemas
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Hay motivos para estar ilusionados con el futuro del buque insignia de Xbox, pero también preocupados.

"La comunidad de Halo está mosqueada" es algo que puedes decir tanto en 2012 como en 2022. No dudo que 343 Industries tenga cosas buenas, pero eso de complacer a los fans es una asignatura pendiente que el equipo washingtoniano lleva a rastras desde que tomó las riendas de la franquicia estrella de Microsoft —historia y narrativa, funcionalidades, decisiones en la mecánica y el diseño o la identidad de sus modos PvP son algunos de los hilos que han ido atormentando a aficionados y autores por igual durante todo este tiempo.

No es una cuestión de falta de talento, de recursos ni tampoco por hacer oídos sordos a los comentarios de sus seguidores: más bien, desde este lado de la pantalla solemos achacar el asunto a una gestión torpe en el desarrollo. Tal vez eso explique la falta de algunas características elementales en Infinite tras casi un año de vida (habiendo atravesado un retraso igual de largo) o la cancelación del cooperativo a pantalla partida, entre otras muchas cosas. Pero independientemente de cuál sea la razón por la que ocurren estas cosas, lo cierto es que unos días atrás aconteció en redes una desafortunada sucesión de eventos relacionados con este tema.

Bonnie Ross, hasta ahora jefa de 343 Industries, anunciaba en su cuenta personal de Twitter que dejaba el estudio, un movimiento que dio lugar a la reestructuración de la cúpula directiva del estudio. La decisión se justificó con un asunto familiar de naturaleza médica, aunque no pude evitar sentir cierto disgusto interior porque la noticia llegaba menos de una semana después de que un aficionado publicase un vídeo de casi 10 minutos recopilando la opinión de algunos creadores de contenido con cierto alcance sobre el estado actual de Halo Infinite y la serie en general —ni que decir tiene que el metraje irradiaba energía negativa como para originar un espíritu maligno— en el que se llegaban a algunos extremos tan feos como es el de pedir despidos para individuos específicos.

Los comentarios de unos pocos no representan en absoluto a toda la comunidad, eso está claro; pero también lo vi como una ventana a una realidad tan dura como es el sentimiento de descontento generalizado y profundo que inunda a los fans. Incluso si los hechos que comento no están relacionados entre sí, a nosotros nos sirven de todos modos para plantearnos qué se necesita para restaurar la gloria perdida de los Spartan.

Imagen de {opinion}

HALO es su propia cosa, con necesidades bastante concretas para su propia fórmula

El universo Halo ya no disfruta del factor descubrimiento que tuvo en sus primeros años, ni la idea de jugar un shooter con mando ni la de entrar en una partida online resultan novedosas; y cada nueva entrega va a medio camino entre las tendencias de la industria —historias personales, maduras y oscuras para la campaña; eSports para el multijugador. Nada de eso casa con la identidad real de Halo, el juego que se concibió con una armadura verde caminante y la experiencia social de montar una LAN en la que quedarse hasta horas vergonzosas de la mañana gritando entre colegas. El Jefe Maestro y compañía son su propia cosa, una con necesidades bastante concretas para su propia fórmula. Un poco como "el Fortnite de 2001", por así decirlo.

Me alegra que existan nuevos mandamases en 343 Industries porque tienen el poder de lidiar con esa crisis existencial que atraviesa la IP, reconducir los esfuerzos humanos y monetarios del equipo en algo más provechoso, más afines a los intereses de ese enorme público residual que se mantiene fiel al Jefe Maestro tras su edad de oro. Arcos de ciencia ficción que se sientan frescos y filosofías de diseño que garanticen diversión tanto la primera como la quincuagésima vez que nos ponemos a los mandos.

Imagen de {opinion}

Con Joe Staten ahí y esta nueva oportunidad, me siento hasta moderadamente optimista al respecto. Que 343 Industries entienda lo que es bueno para su franquicia no es tan difícil, probablemente ellos mismos (y hablamos de medio millar de personas) sean los primeros en añorar lo mismo que nosotros. Ahora, habiendo reformado el grupo directivo tras una década de tropiezos, veremos si el problema estaba en Ross, O'Connor y demases o si tal vez era algo de más arriba. Me da que algo falla cuando más allá de Halo, los estudios de Xbox arrastran tantos problemas a la hora de arrancar sus proyectos.

Con el buque insignia caminando sobre la cuerda floja y otros grandes estudios sumidos en un limbo creativo (¿cuánto tendremos que esperar hasta ver Starfield, Everwild o Perfect Dark? ¿tenemos suficientes títulos de peso entre tanto?) a lo mejor la cuestión no es "sprint sí/no" sino dónde se tomaron decisiones como la de hacer del PvP de Infinite un hero arena al estilo de Overwatch, tenemos entendido; o por qué se mostró el juego como estaba en aquel E3 2020. Y por qué ocurrieron. Eso es lo que da miedo de verdad.

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