El nuevo sistema operativo de Google sale de su fase beta para hacer de tu equipo un ligero Chromebook.
ChromeOS Flex acaba de salir de su fase beta y podría convertirse en una solución óptima para cualquier equipo que corra con Windows o MacOS y que tenga unos cuantos años. La idea de este sistema operativo presentado en febrero es convertirse en un método para —a efectos prácticos— reciclar y dar una segunda vida a esos dispositivos "obsoletos" o, más bien, hechos obsoletos por los requisitos de los nuevos SO.
Ahora, aunque tenga ese "ChromeOS" en el nombre, no es exactamente el mismo sistema, presentando también importantes diferencias con respecto a CloudReady, que no es más que el predecesor de Flex desarrollado por Neverware… compañía que, efectivamente, Google adquirió hace dos años justamente para hacer realidad esta versión más flexible y adaptada a equipos vetustos.
¿Qué es ChromeOS Flex? ¿En qué se diferencia de ChromeOS?
Como íbamos adelantando, se trata de un sistema operativo ideado para equipos Windows o Mac desactualizados. Es el sucesor espiritual de CloudReady, y está basado en el Chromium OS de Google. No obstante, a diferencia del sistema operativo de Neverware, Flex se actualizará al mismo ritmo que los Chromebooks convencionales (CloudReady se saltaba una de cada dos versiones para poder mantener el ritmo de desarrollo de su fork).
Ahora, ChromeOS Flex mantiene muchas de las características esenciales de ChromeOS, permitiéndonos hacer casi todo lo que el hermano mayor hace, es decir:
- El navegador de Chrome es troncal para toda la experiencia, sea para navegar o ejecutar aplicaciones.
- Gracias a ello, es fácil esquivar cualquier tipo de software malintencionado, porque no existen instalaciones en el SO, sino en una suerte de máquina virtual.
- Dependerás en gran parte de la conexión a Internet para que todo funcione.
- A estas alturas de la vida, hay aplicaciones web de toda clase para trabajar, jugar, entretenerte, etc.
En lo que respecta a las diferencias entre ChromeOS y ChromeOS Flex:
- Flex no puede ejecutar aplicaciones Android de forma nativa.
- Tampoco puede correr aplicaciones de Linux (al menos por la vía convencional, dado que por ahora solo es una función experimental).
- Solo es compatible con procesadores Intel o AMD, por lo que fuera quedan los equipos ARM, los Surface Pro X o los Mac M1, claro.
- No es compatible con algunos puertos y características, por lo que algunos periféricos pueden quedarse sin funcionalidad (reproductores de discos, lectores de huellas dactilares, FireWire, Thunderbolt, etc.).
- No es recomendable instalar Flex en un Chromebook obsoleto.
Por qué ChromeOS Flex puede ser la solución para tu equipo viejo
Por cómo se presenta Flex, la idea de poner a funcionar todo un sistema operativo centrado en el uso a través del navegador y dependiendo de los recursos en línea, tiene todo el sentido del mundo para agarrar ese portátil que tiene 20 años y plantarle la instalación desde cero. Ahora, la clave es tener bien claro el uso que le vayas a dar y no pedirle peras al olmo, porque una cosa es buscar un equipo para navegar, escribir, enviar mails, comprar, hacer la contabilidad, etc.; y otra muy diferente querer jugar, programar, editar foto o vídeo…
Obviamente, los usuarios/as más expertos estarán a tope con la idea de dar el salto a una distribución adecuada de Linux, pero aquí lo que estamos estudiando es cómo aprovecharse de una versión liviana y muy sencilla de instalar. Como de cualquier manera, Flex es gratuito, tampoco cuesta nada darle un tiento. Lo que no puedes pedirle, eso sí, es un arranque doble.