El sector está cerca de perder uno de sus formatos más importantes. De acuerdo con el Anuario de 2022 publicado por la Asociación Española de Videojuegos, el mercado nacional experimentó un descenso de poco más del 11% en la compra de títulos físicos respecto a los datos registrados el año anterior (con una facturación total de 314 millones de euros en 2022 y 353 millones en 2021). Por su parte, el mundo digital ha gozado de un crecimiento del 29,24% a comparación de lo recopilado en 2021; un incremento que, más allá de la compra de entregas virtuales, también se potencia con los ingresos de los servicios de suscripción, las plataformas online y las aplicaciones (facturación total de 1180 millones de euros en 2022 y 913 millones en 2021).
Por ello, cada vez es más importante el ámbito de la preservación de videojuegos. Más allá de iniciativas de particulares y museos que amplían sus respectivas colecciones de obras con títulos célebres, esta tarea también se puede llevar a cabo con libros como Game Changers: La Revolución de los Videojuegos. Un gran volumen de la editorial Phaidon que recopila 300 entradas de juegos, consolas, compañías, etc. más influyentes en el sector que nos ocupa. Son varias las personas que han participado en este proyecto, con autores como Simon Parkin e India Block, y en 3DJuegos hemos tenido la oportunidad de hablar con el editor David Tibbs para conocer en profundidad más detalles sobre la creación de Game Changers y su papel en la preservación de entregas.
Una compilación con 300 páginas de historia de los videojuegos
"Queríamos centrarnos en desarrolladoras, juegos y consolas que impulsaron los límites del diseño interactivo y empujaron la industria hacia delante" (David Tibbs)
Si os propusiéramos hacer una lista conjunta con los juegos más influyentes de todos los tiempos, probablemente no terminaríamos nunca. A fin de cuentas, cada usuario se rige por sus gustos, la intensidad con la que ha conectado con una experiencia y otras muchas variables que se reflejarían fácilmente en su elección de títulos. Y los autores de Game Changers no están exentos de este fenómeno, pues ellos también pasaron por dificultades similares a la hora de seleccionar las 300 entradas que se presentan en el libro. De este modo, ¿cuáles fueron los criterios a seguir para elaborar la larga lista del volumen?
"Cuando estábamos eligiendo las 300 entradas finales que fueron incluidas en el libro, queríamos centrarnos en desarrolladoras, juegos y consolas que realmente impulsaron los límites del diseño interactivo y empujaron la industria del videojuego hacia delante de alguna manera", responde Tibbs en la entrevista. "Eso puede ser juegos con gameplay innovador y único, o los que muestren un paso hacia delante en gráficos. O una consola que tenía una tecnología muy avanzada y que permitía a los jugadores hacer cosas que no podían hacer antes. O puede ser un bestseller masivo, o un juego más pequeño y no conocido que intenta hacer algo diferente".
Como es evidente, esto implica prescindir de grandes obras que, a su manera, también marcaron un antes y un después en el sector de los videojuegos. "Lo consultamos con expertos de la industria, gente que había estado con videojuegos durante mucho tiempo, y nos ayudaron a acotar la lista a los 300", explica el editor sobre la forma en la que redujeron su lista inicial de 700 entradas. "Así que sí, hubo muchísimos juegos que no llegaron a la versión final, pero queríamos incluir una variedad representativa de juegos que fueron desarrollados en diferentes países del mundo, en diferentes momentos y décadas, de distintos géneros…". Finalmente, el equipo logró un consenso general sobre las entregas y compañías que debían aparecer en Game Changers, convirtiendo así el volumen en una gran forma de ayudar a la preservación de videojuegos.
Fuente: Amazon.
La preservación de los videojuegos, más importante que nunca
"Si lo que queremos es preservar este mundo para la posteridad, qué mejor manera que comprendiendo su pasado, rico, bello y complejo" (India Block)
Como hemos comentado al principio de este texto, el formato físico está sufriendo por el auge de las compras digitales. De hecho, hay experiencias recientes como Alan Wake 2 que han decidido prescindir por completo de un lanzamiento con disco; algo a lo que se une Like a Dragon: The Man Who Erased His Name optando por un estreno puramente digital más allá de las fronteras niponas. Por ello, y como bien explica Simon Parkin en la introducción de Game Changers, el medio ahora se enfrenta a una problemática difícil de abordar: "No hay empresas como Criterion Collection para videojuegos, ni una editorial como Penguin Classics, de modo que la labor de conservación ha recaído sobre aficionados, académicos y museos".
Tibbs, por su parte, comprende la comodidad de instalar y desinstalar juegos de un sistema atendiendo únicamente a la capacidad de almacenamiento, sin la necesidad de hacer un hueco en las estanterías de nuestra habitación, pero admite que eso también implica que requiramos de más iniciativas para preservar el videojuego. Por suerte, se han producido iniciativas relevantes tales como que el MOMA (Museum of Modern Art de Nueva York) haya añadido videojuegos a su colección de obras o que centros como el Museo Victoria & Albert de Londres haya realizado observaciones centradas en nuestro medio.
"Creo que es importante que este tipo de instituciones hayan reconocido la importancia del diseño en videojuegos, poniéndolos al mismo nivel que otros medios. Creo que es un gran paso hacia una preservación adecuada del medio", opina el editor en la charla con 3DJuegos. Sin embargo, los museos no son los únicos que llevan a cabo este tipo de iniciativas, pues, como os decíamos más arriba en este mismo texto, hasta el libro Game Changers tiene un papel al respecto: "Si lo que queremos es preservar este mundo para la posteridad, qué mejor manera que comprendiendo su pasado, rico, bello y complejo. Este libro es un testimonio de lo importantes que son los juegos para tantísimas personas", reza la introducción escrita por India Block.
Game Changers: La Revolución de los videojuegos
¿Qué podemos hacer los jugadores para ayudar en la preservación de los videojuegos?
Dejando a un lado las instituciones, los museos y las iniciativas gubernamentales, que cuentan con bastantes recursos para preservar las obras más influyentes de la historia, ¿qué opciones tenemos los jugadores para ayudar en este ámbito? Generalmente, lo primero que nos viene a la mente es comprar títulos físicos; una idea que, por dinero o falta de espacio en el hogar, puede ser difícil de llevar a cabo. Sin embargo, el objetivo principal de este medio es entretenernos y dejar huella con sus aventuras, así que Tibbs tiene una alternativa perfecta para recordar experiencias de antaño.
"Con suerte, la manera en la que está dividido este libro y cómo lo categorizamos en décadas y géneros, puede ayudar en esos debates entre generaciones y en el descubrimiento de todos los juegos clásicos que quizás ya no están tan disponibles para los jugadores actuales", añade el editor en la entrevista. De este modo, los jugadores tenemos una forma propia de ayudar en la preservación de videojuegos: disfrutando de los títulos que capten nuestra atención, recomendarlos a otros usuarios y recordarlos durante muchos años. "Si eres un fan de Age of Empires, quizás encuentres una manera de jugar a M.U.L.E. o si has entrado en la saga de Forza, echa un vistazo a F-Zero de Nintendo 64 si puedes. O si eres un jugador de Overwatch, prueba Wolfenstein 3D… Ve y conecta con más videojuegos".
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