Tenía muchas ganas y curiosidad por jugar a Lost Soul Aside, ¿y cómo no? ¡Adoro Final Fantasy XV! Y todas las noticias que llegaban de este juego decían que era una carta de amor a la aventura de Noctis. Bueno, pues eso no es del todo cierto. De FFXV solo tiene algunos parecidos con la forma de diseñar de Tetsuya Nomura, algunos ecos de sus ciudades y lo poco que al personaje le importa respetar las leyes de la gravedad. Lost Soul Aside es otra cosa, y hay que entender exactamente qué es para valorarlo como se merece.
El desarrollo del juego lo inició Ultizero Games con tan solo una persona al frente en 2014. El juego ha ido creciendo hasta necesitar más personal pero, en esencia, es un videojuego hecho por un fan absoluto de todo lo japonés; tanto que su pitch ha debido ser querer juntar todo lo japonés en un mismo ejecutable, y eso se nota. Lost Soul Aside es un recopilatorio de grandes momentos del anime y del rol japonés sin parar y todo el rato, uno detrás de otro. No le importa demasiado tener una sólida narrativa, personajes memorables, o que sus sistemas de juego sean especialmente profundos. La gracia de Lost Soul Aside es que te manda de un anime a un JRPG clásico a través de un millón de referencias y a toda pastilla.
Te cuento un poco del juego para que me comprendas. La aventura empieza con una secuencia que recuerda al secuestro de la princesa Garnet de Final Fantasy IX, pero luego aparecen unos aliens sin explicación aparente y tú acabas en un laboratorio con un bicho tipo kyubi que se te mete en el cuerpo y te da poder. Ahora eres Naruto; pero no te despistes con eso que ahora toca pasar por las doce casas de los caballeros del zodíaco. A ver, reconozcamos que no es una propuesta muy seria, pero mola.
Lost Soul Aside es una mezcla muy fan de todo lo japonés
A veces piensas que la estructura de juego es la de un JRPG tradicional de toda la vida, pero luego Lost Soul Aside se lo piensa dos veces y prefiere ser un Devil May Cry con calcos exactos de alguna de sus transformaciones o armas. De pronto, aparece una colección de waifus y ¡oh! ¿Es ese Chadley de Final Fantasy XVI? Eso es Lost Soul Aside todo el tiempo. Tras un par de horas de juego, dejará de importarte la historia, la trama o que el juego no vaya del todo fino en lo gráfico para preguntarte a ver dónde te lleva ahora. Ojalá a Ultizero Games le gusten los trenes y Kimetsu no Yaiba para pelear contra algún demonio encima de un tren.
En los 90 hacíamos recopilatorios de canciones que nos gustaban en cintas de cassette sin más motivo que tenerlas todas juntas. Este juego es justamente eso todo el tiempo. He de reconocer que al principio me chirrió. Empecé el juego intentando verle su personalidad propia, su coherencia interna… Pero poco más tarde me rendí y lo entendí. Ok, Lost Soul Aside quiere ser un mashup de todo lo bueno de la vida, así que valoremos cómo lo hace.
La estructura del juego me ha recordado mucho a FF XVI, solo que mucho más lineal y sin zonas tan abiertas
La estructura del juego me ha recordado mucho a Final Fantasy XVI, solo que mucho más lineal y sin zonas tan abiertas. Hay mucha conversación no demasiado bien escrita, bastante atropellada y con mucho lore apretujado que no siempre es capaz de explicar bien el salto de una referencia a otra. Estas charlas te llevan de un lugar del mapamundi a otro, porque tiene que haber un mapamundi, ¡por supuesto! Las zonas a las que vamos suelen ser mazmorras muy lineales trufadas con pequeños retos y muchos combates. Estas batallas son, como digo, muy del gusto de FFXVI, o incluso de DMC, como muchos dicen.
El combate podría ser más profundo, pero se disfruta
No tendría problema en afirmar que las peleas son al estilo Devil May Cry, pero me cuesta. El motivo es que le falta la profundidad, el estilo y la finura del juego de Capcom. Da la impresión de que Lost Soul Aside emplea la excusa de que, como es un juego a caballo entre el JRPG y la aventura, no necesita ser tan rico como un hack and slash. Hay transformaciones, podemos decorar nuestro arma para adaptarla a nuestros gustos jugables, hay parries y esquivas, pero no es ni tan stylish ni es tan maravilloso o gustoso hacer bloqueos perfectos como en DMC. Se autolimita, por eso prefiero compararlo al combate de FFXVI.
Ojo, las peleas son divertidas, pero a veces se me han hecho un pelín musou. Es decir, los combates arrancan con buenas ideas, los jefes tienen buenos patrones de ataque, tienes que estudiarlos, medir las curas que te quedan para usar, calcular bien cuando usar los combos adecuados… Pero una vez que ya dominas la batalla y que la lógica determinaría que ahí debería terminar el duelo porque no tiene más que ofrecer, sigue bastante rato más. Creo que aquí está el principal problema de Lost Soul Aside, que le cuesta llevar todo lo que propone a buen término y con el ritmo adecuado.
El principal problema de Lost Soul Aside es que le cuesta llevar todo lo que propone a buen término
Las mazmorras a las que nos conduce son lineales, y es una linealidad que se disfruta solo durante un rato. Las alarga tanto y repitiendo las mismas habitaciones con variaciones demasiado ligeras, que cansan. Me gusta llegar a los sitios a los que la historia me lleva, pero la emoción me dura poco. Lo mismo ocurre con los jefes finales. De pronto el juego me enfrenta a un tipo que es un calco de Piscis de Caballeros del Zodiaco. Me ataca con sus rosas, me habla de hacer arte bonito… Todo perfecto, me vengo arriba, ¡estoy dentrísimo!, pero es que le sobran dos barras de vida. Ese exceso, ese vicio que tiene Lost Soul Aside de no soltarme el brazo, de no dejarme irme rápido a la siguiente referencia sin ofrecerme algo divertido por lo que quedarme, es su peor virtud. ¡Déjame seguir adelante para ver si hay Tren Infinito, Lost Soul Aside!
El juego tiene momentazos, pero le falta rematarlos bien
Todavía no me he terminado el juego, debo ir por la mitad y mentiría si os dijera que no me lo estoy pasando bien con él. Cuando lo termine tendréis por aquí mi análisis completo, pero quería compartiros mis primeras impresiones. El juego es flojo tanto en lo técnico como en lo artístico. Pinta bien en imagen quieta, pero flaquea por todos lados en lo relativo a animaciones faciales o animaciones en general, en la dirección o montaje de planos. La narración es atropellada y muchas veces parece hasta innecesaria.
Como he comentado, cada situación se alarga demasiado, tanto que el juego no te deja saltarte ni un solo combate con la purria que te encuentras. Todo esto es cierto, pero también que es un recopilatorio de cosas chulas hecho con tanta pasión, inocencia e ingenuidad que lo estoy disfrutando mucho. Si al final hay trenes, os lo cuento. Por ahora solo puedo decir que si te gusta mucho todo lo japonés, los combates en tiempo real y un tipo de horterada muy Nomura (que es mi falla de Amigara personal), te lo pasarás bien con él, pero no esperes un RPG de primera división ni nada por el estilo. Es una cosita con sus fallos, tensiones e imperfecciones, pero disfrutona.
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