La maldición de Osiris no es lo que Destiny 2 necesitaba para mantenernos enganchados, pero sí se esfuerza por experimentar en sus variadas misiones y mecánicas. Sus breves aportaciones a la fórmula nos dejan con algunas actividades marcadamente rejugables, algunas horas de material extra… y el deseo de haber visto una incursión y una campaña más profundas.
Con batallas inmensas y cientos de enemigos atacando al unísono, Serious Sam 4 tiene lo necesario para contentar a cualquier aficionado a la acción de la vieja escuela, pero la falta de novedades y lo repetitivo de sus combates le alejan de los más grandes del género, aún a pesar de su divertido multijugador cooperativo.
Wolfenstein Youngblood es un experimento. Uno que coquetea con las estructuras no lineales, las progresiones por niveles y el endgame. No hay duda de que sigue siendo más shooter que looter, aunque tampoco de que se ha fijado y mucho en lo que este género está haciendo y consiguiendo. Para ello, se desembaraza de carga narrativa y se echa de menos.
Destaca el trabajo llevado a cabo en el diseño de cada uno de sus niveles con puzles desafiantes que sabrán contentar a los más experimentados. El uso del magnetismo no es una idea original dentro de los videojuegos, pero Mighty Polygon consigue sacarle bastante partido.
De lanzamiento, Disintegration es más interesante como idea que como resultado. Está bien planteado, se siente balanceado y justo, la campaña presume de cierta variedad y de una buena producción… pero a la hora de la verdad no hay muchos momentos de emoción ni tensión, y hay características importantes que por una u otra razón, no se han implementado.
Vietcong 2 es un título ambiguo capaz de ofrecer momentos de juego realmente buenos e intensos, y otros realmente decepcionantes. En esencia el título es muy sólido y cuenta con buenos argumentos y pedigrí para jugarlo, pero los problemas técnicos de rendimiento y unos gráficos un tanto por debajo de lo que se está viendo actualmente, ofrecen algunas inevitables dudas.
La nueva entrega de Commandos se queda a medio camino entre el shooter tradicional y la acción táctica al más puro estilo Hidden & Dangerous, manteniendo el espíritu de la saga, si bien no consigue destacar en ninguno de los dos aspectos.
Con grandes ideas de fondo pero no todas ellas bien ejecutadas, Firefall nos deja con la sensación de que podía haber sido bastante mejor de lo que finalmente ha resultado.
Posiblemente demasiado ambicioso para las posibilidades de sus creadores, The Revolution no es la secuela de la más alta calidad que esperábamos.
CI Games nos muestra un título de carácter shooter subjetivo que se adentra por enésima vez en la Segunda Gran Guerra. Su desarrollo no sorprende por nada en particular, pero éste resulta lo suficientemente variado y atractivo como para atraer a los aficionados a este tipo de propuestas... siempre y cuando pasen por alto sus problemas técnicos que terminan por afectar a la jugabilidad.
Más grande, más ambicioso y también mejor que sus antecesores… pero no es suficiente. Sniper: Ghost Warrior 3 tiene el potencial necesario para convertirse en un gran videojuego de acción, pero se ha quedado a medio camino. Su mundo abierto brinda nuevas posibilidades de juego y concede gran libertad de acción, pero un pobre diseño de misiones y errores técnicos lo alejan de los grandes referentes.
Mirage: Arcane Warfare es un juego peculiar y divertido. Su ambientación y su carisma (aunque heredado en parte) hacen que salte a la vista enseguida, pero las sensaciones que provocan su sistema de combate y los fallos en de creación de partidas hacen que nos preguntemos para quién va dirigido.
Doom VFR ha tenido que realizar bastantes modificaciones en la campaña original para poder adaptarse a la realidad virtual. El resultado es un juego bastante interesante, perfecto para liberar adrenalina disparando a demonios del inframundo, pero que a menudo se antoja poco confortable y algo engorroso en el movimiento.
Todavía muy lejos de ser un videojuego totalmente recomendable, podríamos decir que CI Games va puliendo la fórmula de su saga estrella. Sniper Ghost Warrior Contracts tiene algunos aciertos importantes, y ha sabido gestionar mucho mejor su presupuesto y limitaciones que en episodios anteriores.
Zombie Army 4: Dead War es el mejor título de la saga, y todo un paso adelante en la dirección correcta. Las armas estándar y pesadas se sienten más útiles e interesantes, y los nuevos tipos de zombi son más divertidos e imaginativos.
Un gran juego lastrado por sus errores tecnológicos. Iron Front cuenta con todos los elementos jugables necesarios para convertirse en uno de los grandes simuladores de acción táctica del mercado, pero no ha alcanzado esta meta por culpa de la inestabilidad del programa, que hará que incluso los jugadores más dedicados terminen desesperándose en más ocasiones de las deseadas.
Croteam hace los deberes y nos ofrece una interesante revisión del mítico Serious Sam del 2001. Los cambios son únicamente visuales y pequeños ajustes multijugador, sin embargo dado su bajo precio será una opción muy recomendable para los fans de las series.
Profusión de escenas ya vividas es lo que nos ofrece este Alpha Prime. Se decanta por una acción directa, sin dejar al usuario un momento de respiro, rememorando situaciones y tecnología ya usadas en otros títulos de la competencia.
Destacar en el género de los shooters es realmente complicado y Conflict Denied Ops, sin ser un mal título, no lo consigue.
Cuesta creer que un videojuego con tanto potencial haya acabado de esta forma. Lo tenía todo para triunfar; una gran ambientación, una buena historia, una estética fantástica… que nada pueden hacer frente a un sistema de combate extremadamente simple y, en general, una aventura que no sabe sorprender.
Con algo más de tiempo y nuevos contenidos, Overkill's The Walking Dead puede convertirse en esa gran aventura de acción y supervivencia que los fans de la serie esperaban, pero en estos momentos el videojuego de los autores de Payday no está a la altura de las expectativas.
Zombie Army Trilogy es lo que es, y no busca engañar a nadie. Homenajeando el cine de serie Z, su producción de perfil bajo encaja con sus intenciones, sin embargo le falta talento, inspiración y variedad en su propuesta para no agotarnos en poco tiempo. Jugado con acompañamiento es razonablemente divertido y gana puntos.
Tras su exitoso paso por PC, New World Interactive ha trasladado toda la acción tan intensa que nos ofrece su shooter subjetivo a PS4 y Xbox One de manera acertada, siendo uno de los mejores exponentes de su género de los aparecidos en los últimos meses.
Respaldando al lanzamiento de Wolfenstein: Youngblood, Bethesda nos trae un juego diseñado de manera específica para la Realidad Virtual. Y lo cierto es que se trata de un título poco sorprendente en lo jugable pero más que entretenido, que nos permite tomar el control de tres máquinas bastante diferentes entre sí, especialmente el dron.
Bright Memory: Infinite tiene unos de los sistemas de combate cuerpo a cuerpo más pulidos y precisos de cuantos he probado en la acción en primera persona. Es espectacular y divertidísimo, pero se acaba justo en el momento en el que empiezas a asimilar por completo todo lo que puedes hacer.
