A lo largo de sus muchos años en la industria de los videojuegos, Square Enix ha dado vida a numerosas IP entre las que se incluyen sagas de renombre como Final Fantasy, Kingdom Hearts y NieR. De hecho, el equipo nipón gusta de recuperar sus marcas más reconocidas a través de secuelas, remakes, títulos para móviles y spin-off que buscan ampliar el universo de cada franquicia. Sin embargo, hay una licencia que cayó irremediablemente en el olvido a pesar de las muchas expectativas que había alrededor de la única aventura que lanzó al mercado: The Bouncer.
Hablamos concretamente de un beat'em up con toques RPG que, estrenado por la antigua Squaresoft en el año 2000, tenía la intención de establecerse como una de las primeras grandes aventuras de PlayStation 2. Pero no te culpamos si esta es la primera vez que lees algo sobre The Bouncer, pues sus ambiciones no terminaron por corresponderse con la realidad de su experiencia; una particular peripecia que, hoy en día, apenas se relaciona con el renombre de la conocida Square Enix.
Un proyecto desarrollado por un equipo estelar
Más allá de su objetivo de convertirse en un imprescindible de PS2, The Bouncer también elevó las expectativas de la comunidad conformando un equipo de desarrollo verdaderamente prometedor. Combinando el talento de varias de sus figuras relevantes, Squaresoft decidió que este beat'em up fuera capitaneado por Takashi Tokita (Final Fantasy IV, Parasite Eve, Chrono Trigger) y Tetsuya Nomura (quien ya participó en el Final Fantasy VII original y ahora lo conocerás por dirigir sus remakes). Por si esto fuera poco, el proyecto también contaba con la participación del mismísimo Hironobu Sakaguchi (creador de la saga Final Fantasy), quien actuaba como productor ejecutivo.
Con la participación del padre de Final Fantasy y grandes creativos de la saga RPG, parecía que The Bouncer iba a ser un éxito asegurado.
Para guiar a estos creativos en el desarrollo de una aventura de acción y golpes, Squaresoft completó su mesa de directores con la presencia de Seiichi Ishii. Un profesional que, liderando su compañía DreamFactory (que colaboró en la producción de The Bouncer) ya había destacado en clásicos como Virtua Fighter y la saga Tekken. Por ende, muchos aficionados de la época confiaron plenamente en el juicio de estas leyendas del sector para lo que, a todas luces, iba a ser un éxito asegurado.
Pero The Bouncer no terminó siendo el clásico de PS2 que esperaban desde Squaresoft. Como bien se recuerda en un artículo de Kotaku, la experiencia de juego fallaba en lo relativo a los ángulos de cámara durante los combates, la duración total de la campaña, las reacciones de los personajes frente a los ataques y el sistema de puntos de experiencia. En este sentido, el jugador podía superar cada nivel usando uno de los tres protagonistas presentados en el título, pero los XP al vencer a los rivales sólo se adjudicaban a quien daba el último golpe. Por ende, y a pesar de que la historia ofrecía diferentes desenlaces según el luchador controlado a lo largo de la aventura, era difícil variar entre las tres opciones sin encontrar dificultades en las últimas fases por falta de nivel.
Y el relato, a su vez, no brillaba precisamente por su coherencia. The Bouncer, como bien indica su nombre, invita a los usuarios a seguir las peripecias de tres guardias de seguridad (bouncer, en inglés, hace referencia a este oficio en clubs nocturnos o bares) en su objetivo de salvar a una compañera de trabajo, quien ha sido secuestrada por ninjas pertenecientes a una gran corporación malvada. No añadiremos nada más por si tenéis curiosidad por probar el juego, pero tan solo os diremos que la historia cuenta con un buen puñado de giros dramáticos algo ilógicos.
Una recepción tan mala que mandó el juego al olvido
En resumidas cuentas, The Bouncer tenía algunos problemas que, si bien no arruinaban la experiencia general (de hecho, hay quien recuerda esta obra con mucho cariño), desde luego hicieron que muchos jugadores arquearan una ceja en sus sesiones de juego. Por ello, el título recibió valoraciones variadas y algunas críticas hacia las mecánicas comentadas anteriormente. Una serie de detalles que, en última instancia, evidenció lo peor para Squaresoft: su beat'em up no estuvo a la altura de las expectativas de una comunidad deseosa por recibir PS2 con una gran aventura del equipo nipón.
Esto, a su vez, se reiteró con un rendimiento comercial bastante descafeinado. Porque, aunque The Bouncer debutó como el quinto juego más vendido en su momento, el interés del público decayó rápidamente con el paso de las semanas. De hecho, la aventura de Squaresoft se considera un fracaso para los estándares de la desarrolladora en aquella época, que ya venía de lanzar clásicos de culto como Final Fantasy VII.
Así que, como conclusión de esta concatenación de malas noticias, la tendencia de la actual Square Enix de recuperar sus IP con nuevos proyectos no se extendió hasta su casi olvidado The Bouncer. A pesar de que algunos usuarios siguen valorando su jugabilidad e historia a día de hoy, la licencia ha quedado abandonada en un cajón y las posibilidades de ver una secuela o spin-off son prácticamente nulas. Una decisión que, sin duda, convierte al beat 'em up en una experiencia verdaderamente única.
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