Los juegos de NIS siempre han tenido algo especial, hecho que se demuestra entrega tras entrega de esta saga de compilaciones que la compañía japonesa edita para Switch. Este tercer volumen de Prinny Presents NIS Classics integra dos títulos poco conocidos en nuestro territorio como son La Pucelle: Ragnarok y, más desconocido todavía (y también más flojete), Rhapsody: A Musical Adventure.
Cartel Tycoon busca ponernos a los mandos de un cartel del narcotráfico en la Sudamérica de los años ochenta y eso es evidente que lo consigue: su jugabilidad es adictiva, la optimización de recursos y de la economía, herencia directa del género al que pertenece, está muy conseguida, y en temas audiovisuales, a pesar de sus voces en inglés, lo cierto es que cumple.
Northland es un complejo título con algunas ideas interesantes pero al que se le nota notablemente el paso del tiempo. Durante el juego tienes que controlar tantos factores básicos y rutinarios que resultan aburridos. Si eres un fan de la saga Cultures o te encanta la micro gestión, adelante.
Es complicado equilibrar toda una propuesta jugable para que, a la vuelta del trabajo, un aficionado pueda sentir ganas de volver a ponerse a trabajar pero con un pad en la mano. Muchos títulos lo han conseguido con muchas metas de interés, con sistemas de evolución profundos y con recompensas interesantes, pero lamentablemente nada de ello está presente en The Tomorrow Children.
Symmetry apenas rasga la superficie de lo que el género de estrategia y supervivencia es capaz de ofrecer. Hay una clara falta de progresión y una dificultad que se antoja forzada, que frustra con el único fin de arañar algo más de tiempo de juego. Esperábamos mucho más de él. Lamentablemente, esta falta de profundidad hace que no esté a la altura de grandes exponentes como This War of Mine o Sheltered.
A menudo resulta difícil construir una valoración de un videojuego y explicar en pocas líneas las conclusiones que ofrece. En el caso de Earthfall es fácil: No es demasiado divertido. Tan sencillo como eso. Los problemas de rendimiento y los bugs ocasionales están ahí, y son molestos eso está claro, pero es la base lo que provoca que este shooter sea tedioso y más bien poco interesante.
Pese a las buenas ideas con las que ha nacido el proyecto, Impire no solo se ha quedado lejísimos de alcanzar las cotas de calidad del genial Dungeon Keeper, sino también de lo esperado en cualquier buen juego de estrategia en tiempo real que se precie en estos momentos.
No es lo que prometía ni tampoco el juego que los fans de Warcraft merecían. Blizzard fracasa a la hora de traer de vuelta una de sus sagas más queridas, apostando por una remasterización que al final se limita a mejorar los gráficos y poco más.
Sombras de Guerra es un fallido intento de trasladar la Guerra Civil al mundo del videojuego. Con un presupuesto cercano al millón de euros el juego de Legend Studios fracasa estrepitosamente en todos los aspectos, y lo hace tanto por su penoso acabado como por su alarmante falta de ambición. Gráficos pésimos, jugabilidad aburrida y plana, y nula pretensión de aportar algo al género.
El juego de cartas de The Witcher 3: Wild Hunt se adapta a título independiente de carácter free-to-play. Gwent lleva a las pantallas toda la acción y estrategia de los naipes favoritos de Geralt de Rivia. Colecciona las cartas y hazte un mazo poderoso con el que convertirte en uno de los mejores jugadores del mundo de Gwent dominando el arte del faro durante una partida al mejor de tres rondas.
Es uno de los juegos de estrategia más laureados de la historia. Un auténtico clasicazo que vuelve a la vida con una remasterización cargada de novedades.
