Que un juego nacido de una first-party de PlayStation llegue a nuevas plataformas es motivo de celebración, aunque lograr que un juego de consola se sienta natural en PC es todo un desafío. ¿Lo consigue Days Gone? Sin alardes, pero sí, lo ha hecho.
Ahora puedes jugar a Days Gone en PC, y además en condiciones dignas. Sé que no suena muy emocionante, pero creo que es lo que mejor define este lanzamiento: bien es sabido que PlayStation guarda sus IP exclusivas como oro en paño, así que el mero hecho de tener el título de Bend Studio en la biblioteca de Steam ya es motivo de celebración por sí mismo. ¿Es un despunte técnico esta versión? ¿Cambia radicalmente lo visto en consola? Pues no, y siendo honesto, tampoco esperaba lo contrario.
"La versión de PC de Days Gone cuenta con tasa de fotogramas por segundo desbloqueada, gráficos mejorados (efectos, mayor distancia de dibujado para la vegetación y nivel de detalle) soporte para monitores ultra panorámicos, soporte para ratón para la rueda de armas, los menús y el mapa; soporte para teclado para el movimiento y acciones de personaje, soporte para mandos distintos al DualShock y todos los contenidos de la versión de PS4 del título" eran las promesas exactas de sus responsables, lo que nos deja con una sensación agridulce: está bien, pero hubiera estado bien tener algo más.
Han pasado dos años desde que nos subimos por primera vez a bordo de la moto de Deacon St. John para plantar cara a zombies y supervivientes. Desde entonces, los últimos avances tecnológicos nos han abierto un poco el apetito: el "dream team" de trazado de rayos más DLSS está ausente —el primero, descartado por completo; y el segundo, solo de forma temporal— a pesar de que Death Stranding ya abrazase el supermuestreo de Nvidia el pasado verano. Así que no, este port no ha venido cargado de ambiciones: ha venido a hacer las cosas bien, sin más, y en ese sentido, ha cumplido con creces.
Days Gone en 2021: ¿cómo se siente hoy por hoy?
Definitivamente, Bend Studio no puede presumir de haber firmado el exclusivo mejor recibido de PlayStation 4. En el momento de escribir estas líneas, la versión de consola de Days Gone cuenta con una valoración media de 71 puntos en Metacritic por parte de la crítica especializada. Y según su director, ese puntaje lo es todo para Sony. En su momento, nuestro compañero Álvaro Castellano compartió una opinión mixta: un juego capaz de generar muy buenos momentos, pero que se hacía bastante largo en esas 30 horas de duración. No tuve ocasión de jugarlo en 2019, pero mi opinión actual tras probar la versión de PC va por ese camino también.
Creo que el control y las posibilidades de la moto no son suficientemente atractivos como para justificar largos y constantes viajes del punto A al punto B que se resuelven con una o más secuencias cinemáticas de escaso valor emocional. Pero sí veo claramente que existe cierto romanticismo en un mundo sepia y gris donde un héroe motero lucha con su amigo contra enormes hordas de zombis, o en usar el modo foto cuando vas sobre tu vehículo, cuando puedes capturar esa chaqueta en las mejores poses. Las multitudes de necrófagos son imponentes y emocionantes, te ponen en tensión, y es algo diferente a lo que hacen otros muchos juegos de zombis.
Para mí, Days Gone es un juego que brilla cuando deja de sentirse "otro sandbox más" cosa que ocurre muy de vez en cuando. ¿Es suficiente para recomendarlo? Pues a medias lo veo. Explorar a pie pierde un poco de encanto a medida que sumas decenas o cientos de coches y arbustos examinados, pero las ocasiones en las que lanzas un cóctel molotov contra un nido de muertos vivientes que salen en estampida contra ti valen la pena. Personalmente, no soy fan del género, pero creo que desde una perspectiva jugable había exclusivos de PS4 más interesantes como Spider-Man o Ghost of Tsushima que me hubiera gustado jugar. El atractivo de este juego, más bien, radica en sus gráficos, su historia y su ambientación.
En cualquier caso, diría que la versión de PC está a la altura y que, aunque sea sin alardes, ha logrado dar con las cosas básicas que esperamos los jugadores de esta plataforma. Puesto que se ha desarrollado en una versión modificada del Unreal Engine 4, estaba claro que podría adaptarse a monitores de formato 21:9 o 32:9 sin complicaciones. Es posible configurar varios parámetros importantes en diferentes grados, configurar el mapa de teclas y no hay grandes problemas técnicos que impidan cambiar de ventana con facilidad y similares.
Desde PS4 a PC, el apartado técnico de Days Gone
Es posible convertirlo en un verdadero potato mode para adaptarlo a cualquier equipo
Lo primero que hice con Days Gone tan pronto como se instaló no fue jugar, sino entrar en la pestaña de configuración con la ilusión de un niño que va a abrir los regalos de Navidad. Entiendo que hacer eso puede resultar un poco decepcionante al principio, porque no hay cosas tan básicas como una herramienta de pruebas al uso integrada en el menú —la versión de PC de Horizon: Zero Dawn sí la tuvo— pero esto resulta menos problemático cuando te das cuenta de que en realidad, hay una pequeña métrica de FPS acoplada en la esquina superior derecha del menú de interfaz que cuenta, sin gráficas mediantes, los fotogramas actuales y el promedio.
Por sí misma, esa funcionalidad no es la gran cosa porque para eso tenemos el contador de Steam entre otras muchas aplicaciones que hacen lo mismo. Pero sí que se vuelve más interesante si tenemos en cuenta que el menú de configuración es semitransparente, lo que significa que puedes ver en todo momento cómo queda cada cambio que hagas en los parámetros directamente sobre el juego; y que además de eso puedes modificar cualquier cosa sobre la marcha, sin tener que aplicar cambios ni salir al menú principal. Esa flexibilidad es de lo más inusual en un port como este, pero es más que bienvenida: facilita muchísimo la tarea de ver qué hace cada ajuste y cómo impacta en el recuento de fotogramas.
Como decía, fue la primera impresión que tuve con esta versión de Days Gone, pero es cierto que ese mismo contraste entre modestia y buen hacer se extiende por todas partes. Por ejemplo, el juego hace un trabajo estupendo en la pantalla de mapeado de teclas porque básicamente te deja asignar todas las acciones imaginables y algunas extras de acceso rápido. Pero claro, si juegas con teclado y ratón, a menos que tengas un Wooting Two necesitas alternar entre animaciones de caminar y correr con teclas distintas. La primera se siente muy lenta, y cambiar al sprint se nota mucho. Juegos como Assassin's Creed Valhalla o Escape from Tarkov te permiten regular la velocidad de caminar, y a este le hubiera sentado bien. Sé que son excepciones contadas. Pero se echan de menos.
¿Y si juegas con mando? Bueno, una de las promesas del juego es soportar mandos distintos al DualShock, así que he probado a jugar con uno de Xbox One, que funciona como uno espera, y también con el mando Pro de Nintendo Switch. Ese último tiene un problema muy típico: Steam lo reconoce igual que el juego, pero invierte la colocación de los botones (A por B, X por Y) respecto al periférico de Microsoft. Por suerte, la plataforma de Valve te permite cambiar eso desde la interfaz superpuesta, pero hubiera estado bien poder hacerlo desde el juego. En cualquier caso, se nota un problema que deriva del diseño original de Days Gone —y de todos los sandbox en primera persona del estilo— que es el tiempo de respuesta del personaje. Si presionas W, Deacon echa a andar inmediatamente. El comando se siente lógico y sensible. Al empujar la palanca del mando hacia delante, Deacon empieza a andar después de una lenta y pomposa animación de girarse que, sospecho, se siente más natural en el hardware de PS4 que en un PC de gama alta. No he hecho métricas, pero bien es sabido que hablamos de un tiempo de respuesta muy largo que se siente raro, alienígena casi, en este formato. Pero como digo, las teclas de movimiento suavizan enormemente ese problema, así que es una minucia. Por otro lado, tenemos la clave de todo ¡los gráficos!
Sony Bend ha confeccionado algunos parámetros más de los que promocionan, incluyendo campo de visión (desde niveles absurdamente claustrofóbicos hasta los cien grados), ajustes bajo, medio, alto y muy alto para la iluminación, geometría, distancia de dibujado para la vegetación, sombras, nubes y niebla, filtros de texturas y calidad de reproducción de texturas. También puedes ajustar manualmente un tope para la tasa de FPS que va desde 30 hasta 300. Algunos de estos ajustes están por encima de lo visto en PlayStation, de tal forma que las sombras se sienten más consistentes, el contraste de luces y sombras es más dramático y además la distancia de dibujado es superior: aparecen más modelados de la vegetación en la distancia. No esperes algo dramáticamente superior a lo que conocíamos, pero sí un pequeño plus digno de agradecer.
No hay un benchmark integrado, pero sí una útil herramienta de medición acoplada al menú
De forma similar, si necesitas rebajar mucho los gráficos para poder jugar en un equipo menos pudiente el juego tiene suficiente flexibilidad como para ponerse en auténtico "potato mode". De hecho, puedes hacerlo a tu gusto: puedes quitar las sombras naturales del escenario, rebajar la escala de resolución hasta el 10% (es mejor que no hagas eso) o sacrificar la distancia de dibujado. Lo que quieras. Y ya que estamos, hablemos de optimización. Recuerdo que cuando trabajé en el análisis de Horizon: Zero Dawn para PC llegaron muchas quejas porque el rendimiento dejaba mucho que desear en algunas tarjetas. En mi experiencia con Days Gone, el juego no es solo fácil de escalar, sino también muy estable y bastante generoso en términos de fotogramas. Hablamos de más de 160 FPS en áreas del mundo abierto que en Horizon no pasan, a día de hoy con todos sus parches, de 120 FPS a 1080p con los máximos ajustes posibles en nuestro equipo de pruebas. En las mismas calidades y 4K de resolución, se mantiene en unos 80 FPS constantes frente a los 60 FPS del juego de Guerrilla. Pero lo que personalmente aprecio más no es una tasa alta, sino una estable, y ahí cumple con lo esperado.
Afortunadamente, las hordas de zombies a las que me he enfrentado por ahora tienen un impacto muy ligero en la tarjeta y el procesador. A modo de referencia, el PC que se ha usado durante el análisis lleva una tarjeta RTX 3080 FE, un procesador i9 10900K y 64 GB de memoria RAM. La versión del controlador de vídeo es 466.27. Sin embargo, no necesitas un equipo así para jugar: sus responsables esperan que puedas mover el juego a 1080p y 30 FPS con una GTX 1060 (la tarjeta más popular entre los jugadores de Steam) y un i7 4770K, que es una línea bastante difundida. Tristemente, el menú de configuración no incluye pistas sobre el consumo de VRAM, por lo que los presupuestos más ajustados de 3 GB o similares podrían tener que verse obligados a reducir la carga de texturas o distancia de dibujado, que son justo los principales atractivos de esta adaptación. En estas calidades, es posible conseguir una tasa de 60 FPS sacrificando algunos recursos, aunque con resultados visuales similares o inferiores a los de la versión de PlayStation 4 estándar.
Days Gone no fue el juego más querido de PS4 y no creo que reciba más cariño en 2021. Pero si te quedaste con ganas de vivir el romanticismo de su mundo de moteros y zombis, en PC podrás hacerlo con total naturalidad: se adapta bien a diferentes tipos de control, de pantalla y de componentes. Esta versión no ha venido a romper esquemas, solo busca que puedas configurar el juego para acomodarlo a tu equipo independientemente de que sea modesto o muy potente. Y eso que quiere hacer, lo hace bien.
- Se siente natural a la hora de ajustarlo y controlarlo con teclado y ratón.
- El trazado de rayos ni está ni se le espera, pese a su importancia actual.
- Visualmente, las máximas configuraciones le sientan bastante bien.
- NG+, desafíos de horda, modo Supervivencia… todos estos extras vuelven.
- Benevolente en términos de FPS: el contador se mantiene alto y estable.
