Cuando comenzó la actual Temporada 13 de League of Legends, arrancó también una crisis como nunca habíamos visto. Riot Games mermó la confianza de la comunidad desoyendo sus peticiones a lo largo de los últimos tiempos y acabó por tensar demasiado la cuerda cuando le negó a los jugadores una de las grandes alegrías anuales. La cinemática de arranque de campaña ni siquiera se parecía a lo que esperaban los usuarios. Más bien, parecía fruto de una cultura del mínimo esfuerzo que aparentemente se había asentado en la desarrolladora.
Poco importa la realidad cuando las sensaciones son tan poderosas. Riot Games tuvo que salir a desmentir que League of Legends estuviera en estado de mantenimiento. Para calibrar la gravedad de la situación solo hay que acudir a dos nombres propios el de Jeremy Lee y Andrei van Room. Dos jefazos habitualmente en la sombra que salieron a pedir disculpas públicas y asegurar que la compañía no había perdido interés por convertir LoL en un juego mejor. Sin embargo, sí se habían dejado llevar por un contexto negativo traicionando a uno de los ideales más importantes para la empresa.
No tardamos en saber que el contexto de expansión de Riot Games y la situación sanitaria global en los últimos años habían afectado muchísimo más al videojuego de lo que imaginábamos. Que el equipo de la desarrolladora se había vaciado para poder mantener la normalidad y que, simplemente, la compañía estaba trabajando a nivel interno en recuperarse sin que los efectos pudieran observarse en el videojuego. "Para nosotros 2022 fue un año de reconstrucción (...) el juego no refleja donde estamos ahora mismo, si no el punto en el que nos encontrábamos el año pasado", explicaron los dos grandes jefes de League of Legends .
El gran fracaso de League of Legends convertido en éxito
Los desarrolladores sabían que la respuesta más apropiada a su discurso era un tajante "a buenas horas, mangas verdes" y que las palabras ya no eran suficientes para convencer a la comunidad. Sin embargo, han tardado apenas un mes y medio en darle la vuelta a la situación. Si a comienzos de enero el clima generalizado era el de lástima por ver como League of Legends comenzaba a desinflarse, en la actualidad la situación no podría ser más opuesta. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero apenas unos pocos anuncios y dos o tres cambios han sido suficiente para superar un desafío como nunca antes había enfrentado este título.
De un mes para otro no se puede arreglar todo, pero los desarrolladores han sabido gestionar la crisis con maestría. Riot Games ha recopilado las grandes peticiones de la comunidad y actuado en consecuencia. Se han anunciado proyectos a medio plazo como los nuevos reworks visuales de Teemo o Lee Sin, además de adelantar detalles sobre el modo de juego que llegará en verano. También ha habido espacio para unos cuantos ajustes inminentes que vienen a dar salida a quejas que llevaban meses o años repitiéndose. Al fin habrá cambios a las partidas clasificatorias y también se estabilizará la experiencia de juego en ARAM tras la transformación del Abismo de los Lamentos hace unos meses.
Lo más significativo de esto, sin embargo, ha sido volver a ver a Jeremy Lee y Andrei van Room. Ambos protagonizaron de nuevo un vídeo en el que debían comunicarse con la comunidad, pero esta vez con una cara diferente y un tono menos apesadumbrado. No era hora de seguir lamentándose, si no de explicar a la comunidad como League of Legends retoma su carrera por ser un mejor videojuego. Un camino que seguirá siendo accidentado y que llegará a cambio de dos grandes sacrificios que no se ocultaron en ningún momento. Es precisamente en el apartado negativo en el que está la clave del futuro de Riot Games.
Los dos máximos responsables de League of Legends tuvieron que explicar a los jugadores que, durante los próximos cuatro meses, no volverá al videojuego ninguno de los modos que conocían. También que como consecuencia de los cambios habría menos nuevos campeones en el próximo año 2024. No ha habido escándalo ni en los foros de la comunidad ni en las redes sociales. Resulta que cuando tratas a tus jugadores como gente razonable y explicas las cosas de forma detenida, todo el mundo es capaz de entenderlas. El 'oye chicos, hay que sacrificar estas dos cosas para hacer que LoL sea mejor a largo plazo' no es tan difícil de entender.
Además de publicar un video y lanzar dos blogs inmensos explicando los próximos cambios que recibirá League of Legends, los desarrolladores publicaron en torno a 105 mensajes diferentes en Reddit respondiendo a las inquietudes o dudas de la comunidad. Entre los autores de los comentarios podemos encontrar algunos de los máximos responsables del videojuego que, tras haber cumplido con la misión de ser más comunicativos, dedicaron una buena cantidad de horas a seguir en contacto con los jugadores. La situación lo merecía porque, aunque no esperamos tanto esfuerzo de forma constante, estos gestos son los que convierten a Riot Games en lo que es.
Casi todos mis juegos favoritos son multijugador y, como miembro de varias comunidades, me he encontrado muchas veces con situaciones como la que League of Legends enfrentaba a comienzos de temporada. Sin embargo, nunca topé con una respuesta como la que ha llevado a cabo la compañía. La actitud de las desarrolladoras es, casi siempre, aguantar el tirón esperando que lleguen tiempos más verdes, infravalorando la capacidad de las comunidades para entender problemas o aportar soluciones. Quizás porque piensen que no podremos soportar malas noticias o porque no están dispuestos a reconocer sus propios errores. Sin embargo, los jugadores no somos idiotas.
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