Parece que pertenecen a otro tiempo con tanto título cinemático, pero aún tenemos muchos casos de videojuegos que optan por hacernos leer notas para entender más sobre el mundo en el que nos sumergimos. Y quien dice nota, dice registros de audio o directamente enciclopedias, bestiarios o glosarios. Es una forma simple de añadir coleccionables que además pueden tener un añadido narrativo básico en forma de pequeñas historias.
Pero hay algunas notas que tienen un lugar especial en la historia de los videojuegos. Están las notas de Ish en The Last of Us, o el increíble momento en el que Alan Wake lee una nota en la que, curiosamente, Alan Wake lee esa misma nota. Sin embargo, si nos tenemos que quedar con una única nota, posiblemente tengamos que irnos a la Mansión Spencer; concretamente a la habitación del cuidador en el ala oeste del primer piso.
Tal es su impacto que esa misma nota, ya presente en el primer juego de 1998, es todo un emblema para la saga Resident Evil. A lo largo de diez apartados, que cuentan lo sucedido a lo largo de al menos 10 días en la vida del cuidador, se nos relata una pequeña historia de terror que resume toda la saga. Estamos hablando del Diario del Cuidador.
Un documento de unas pocas hojas
La sala en la que está este documento ya es en sí una declaración de intenciones. Como decimos, está ubicado en la parte oeste del primer piso de la mansión, una zona bastante temprana en el desarrollo de Resident Evil. Además de servir para conseguir munición, y algunas cosas más en el Remake de 2002, la habitación sirve para darte uno de los primeros grandes sustos del título.
Esto es porque después de leer el diario, el armario empotrado de detrás se abrirá y saldrá de él un zombie. Esto ya es potente, pero lo verdaderamente interesante es que después de echar un vistazo al documento sabrás de sobra quien es, o más bien quien era, ese cadáver vuelto a la vida.
El Diario del Cuidador tiene varias entradas. Empieza de una forma casual el 9 de mayo de 1998 con el relato de una partida de póquer, y ya el día 10 nos da pie a pensar sobre qué está pasando realmente ahí: "Hoy un investigador de alto rango me ha pedido que me encargue del nuevo monstruo. Es como un gorila pero sin piel. Me han dicho que les dé carne viva. Les arrojé un cerdo y jugaron con él... arrancándole las piernas y destripándolo antes de ponerse a comer."
Ese texto nos anticipa tanto la existencia de unas instalaciones de investigación, que conoceremos más tarde, como la del hunter alfa, unas bestias poderosas nacidas del virus T que contra las que pronto lucharemos. Si vamos a la tercera entrada, se nos habla directamente del laboratorio, así como del uso de trajes de protección por un brote.
El cuidador sintió "el picorcito"
En ningún momento se nos cuenta el momento en el que el cuidador sufre la herida que desata la transformación en zombie que todos vemos venir, pero sí que hay detalles muy concretos de la misma. Todo empieza con un picor que bien podría ser por el traje de protección que le obligan a usar, pero durante los días 12, 13 y 14 se sigue insistiendo en ese tema concreto.
Todo cambia el día 15, cuando el brote está más que identificado y la mansión va a ser abandonada a su suerte según se cuenta: "A pesar de que no me encontraba bien, decidí ir a ver a Nancy. Es mi primer día libre en mucho tiempo.
Pero el guardia de la puerta me detuvo. Dicen que la compañía ha dado órdenes de que nadie salga. Ni siquiera puedo hacer una llamada. ¡¿Qué tipo de broma es ésta?!".
Y en las notas del día 16 es la última vez que podremos leer al cuidador con la mente clara. Porque sí, aquí llega el punto más evidente de la transformación: "He oído que han matado a un investigador que intentó huir la pasada noche. Me arde todo el cuerpo y por la noche me pica. Mientras me rascaba el brazo se me ha caído un trozo de carne. ¿Qué demonios me está pasando?".
Quedan entonces dos entradas en el Diario del Cuidador, las dos más perturbadoras. La primera, que data del 19 de mayo, ya limita el uso de lenguaje complejo por parte de la persona y evidencia que ha empezado a comer carne humana: "Ya no fiebre, pero pica. Hambre y comer comida de perros. Pica pica Scott vino. Feo, matar. Rico."
Y así llegamos a la última entrada del Diario del Cuidador, esa que se ha quedado para siempre dentro de la franquicia Resident Evil. Bastan dos palabras: "Pica. Rico.", o también en inglés: Itchy. Tasty. El uso de esta nota es magistral ya que sirve para explicar rápidamente qué está pasando en la Mansión, cómo funciona el virus y la transformación, lo que está por venir, y además servir de enlace con el jumpscare.
De esta forma se creó historia en los videojuegos. El uso del documento es magistral, además de dar pie a creaciones de la comunidad como cortos de acción real, y haberse convertido en una coletilla propia de los fans de la saga. Porque sí, con dos palabras bastó para meternos el miedo en el cuerpo: Itchy, Tasty.
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