Desde que llegas a la desvencijada granja que heredas de manos de tu abuelo hasta que la conviertes en una máquina de facturar dinero, Stardew Valley proporciona tales cotas de diversión que es difícil no alabar las virtudes de este entrañable simulador de vida en la granja.
Animal Crossing: New Horizons plantea realmente nuevos horizontes dentro de la saga, pero siempre dentro de los límites establecidos, sin riesgos que puedan desbordar el planteamiento accesible por el que siempre se ha caracterizado.
Puedes esperar muchas cosas de un simulador de granjas, pero a mí me vale con lo que me ha ofrecido este nuevo Story of Seasons: calidad y adicción. Está cuidado y su sensación de progresión me ha empujado a mejorar mi granja con cada vez más posibilidades.
Si disfrutaste con Animal Crossing New Horizons y aún tenías con ganas de más, su actualización gratis es la respuesta a ese deseo, pero por otro lado, su DLC dedicado al diseño de interiores aporta aún más contenidos, variedad y calidad a un juego ya de por sí excelente.
Harvest Moon: Un Mundo Único partía de un concepto de juego atractivo y hasta original, pero su regular ejecución lastra lo que podría haber sido un simulador de granjas a la altura de los grandes. Se queda a medio camino, con un título bastante irregular, tanto en lo jugable como técnico. Puede resultar repetitivo y posee carencias importantes en lo gráfico.
Sin estar ante la entrega más conseguida y memorable de la saga, una vez más Harvest Moon: La Luz de la Esperanza apuesta por ofrecer a los jugadores una experiencia de juego bastante alejada de lo habitual, pudiendo realizar tareas propias de la vida agrícola que nos proporcionan diversión y entretenimiento duraderos.
