No es que Steam Deck fuera el primer ordenador con forma de portátil en llegar, pero sí ha logrado posicionarse como el referente desde su lanzamiento hace poco más de un año. Sus bondades ya las hemos repasado a lo largo de estos meses, y también sus carencias. Una de las más notorias es el sistema operativo SteamOS, basado en Linux, para convertir la experiencia de usuario en algo más parecido a una consola. Esto, teniendo en cuenta que el 100% de los juegos de ordenador se lanzan en Windows, y la incompatibilidad (al menos de serie) con otras tiendas, convierte a Steam en un sistema algo más cerrado, que ha tenido que hacer verdaderos malabarismos con la capa de compatibilidad de Proton para hacer funcionar muchos de sus juegos.
Probablemente os preguntaréis por qué en una consola como Asus ROG Ally, que viene a posicionarse como una gama alta con mayor potencia, comienzo hablando del sistema operativo. Lo hago por dos razones: la primera porque ROG incorpora Windows de serie. Esto hace que todas las incompatibilidades con juegos que dispongan de modos anti-cheat, por ejemplo, desaparezcan por completo. En segundo lugar, puedes instalar sin ninguna complicación añadida todas las tiendas que hay disponibles en PC, entre las que se incluyen GOG, Epic Store y Windows con Game Pass, que la portátil no te va a presentar ningún problema.
Y también significa que Windows consumirá una buena parte de los recursos disponibles. En principio, no debería haber problema, ya que es lo que ocurre con todos los ordenadores. Pero lo cierto es que estos son dispositivos orientados al juego portátil, con un hardware muy específico y un gran hándicap: la batería. Esto es lo que debió pensar Valve a la hora de apostar por usar una base liviana de Linux que permitiera dar todos los recursos al programa en sí. Y lo cierto es que se nota: ROG es mucho más potente que una Steam Deck, y ese debería ser el mensaje final. Si quieres una experiencia algo más exigente en los juegos modernos, esta es la gama a comprar. Pero en la práctica, con todas las variables sobre la mesa (y en especial la de la batería), es importante señalar que todo tiene un precio.
Más importante aún, que no hay decisiones mejores o peores; solo más o menos convenientes para un tipo u otro de jugador. Si para ti la incompatibilidad de no tener Windows, la carencia de un touchpad para manejar tanto el SO como juegos con ratón y la duración de la batería no suponen realmente ningún problema, entonces es probable que ROG Ally sea para ti. Asus dispone de dos modelos, pero sabe que el Z1 Extreme es al que realmente le vas a poner ojitos.
La experiencia de ASUS ROG Ally con los juegos
ROG posee un procesador Ryzen Z1 y una GPU RDNA 3 que ya de por sí ofrecen un rendimiento mejor en todos los juegos que he podido probar, pero no es solo eso lo que me ha llamado la atención; la pantalla me parece la verdadera ganadora. En primer lugar, porque ofrece una resolución de 1080p y, como siempre he defendido, creo que esta es la verdadera resolución que deberían tener los dispositivos portátiles como este. Sí, 720p es suficiente para muchas ocasiones, pero 1080p ofrece una definición en píxel por pulgada que creo que es la ideal. No solo la resolución, sino que la calidad de la pantalla también destaca. Puestas una junto a la otra, se nota la calidad del panel de Asus y cómo representa mejor los colores de una forma más viva y precisa. La guinda sería un panel de 120 Hz que no me parece en absoluto nada desdeñable. Sí, es más que probable que no arañes casi frames extra a muchos de los juegos actuales, pero eso no significa que no lo hagas en juegos menos exigentes de generaciones anteriores, en los que jugarás con una suavidad extrema.
De todos los juegos que he probado, creo que el juego que mejor ha representado mi experiencia con Asus ROG Ally es Forza Horizon 5. No sé exactamente qué magia negra que contiene este juego que me ha permitido disfrutarlo a 1080p y 60 frames por segundo en unas calidades entre baja y media y sin ningún tipo de escalado, el cual va a ser también uno de los protagonistas de estas máquinas y de este artículo. Pero la cuestión es que Forza Horizon 5 es el que te deja ver el mejor escenario posible de lo que son estas portátiles. Una definición perfecta en una consistencia del framerate insuperable que además también nos permite remarcar otro de los puntos fuertes de la ROG: sus buenos altavoces que crean un gran efecto envolvente y que suenan lo suficientemente bien para que no necesites obligatoriamente unos auriculares.
Ahora bien, todo este despliegue viene a un coste y ese es el que rige toda experiencia portátil: la batería. La razón por la que este tipo de dispositivos tienen un límite más allá del procesamiento. Para conseguir la experiencia que hablaba en Forza he configurado la portátil en Modo Turbo, una opción que te permite toquetear el overlay de Asus llamado Armoury Create SE para configurar varios perfiles y modos. Esto coloca la consola a un vataje de 45W. En román paladino: una salvajada que consume tu batería en menos de una hora.
Una experiencia equilibrada en portátil suele buscar los 15W para conseguir resultados óptimos de, al menos, entre dos o tres horas. Y eso significan también muchos sacrificios a ese ideal que he puesto con Forza Horizon 5. Significaría, probablemente, bajar la resolución a 720p y configurar la máquina en una opción equilibrada de rendimiento que mostraría unos decentes 50 frames por segundo. En otros juegos que he probado ocurre algo similar. Hogwarts Legacy, por ejemplo, oscila entre los 40-50 fps a 1080p en Modo Turbo, pero hay que aplicar algunas técnicas de escalado, reducir la resolución a 720p y limitar el vataje si buscas una duración de la batería más eficiente.
Lo que nos lleva a los filtros de escalado. Sin duda, estas máquinas portátiles son las que más se están beneficiando (y se van a beneficiar) del escalado de resolución mediante técnicas como el DLSS de Nvidia, el FSR de AMD o el XeSS de Intel. Muchos de estos modos nos han permitido utilizar una resolución de renderizado por debajo de los 720p para acercarnos a los 60 fps en juegos como Resident Evil 4 o la demo de Layers of Fear. Cyberpunk 2077, incluso con todo tipo de técnicas, ha sido un animal mucho más difícil de mover, con tasas de entre 30 y 40 frames por segundo.
Y aquí viene uno de los puntos que más me han gustado de ROG Ally, y es que ya no solo la disipación de calor es muy eficiente, sino que sus dos ventiladores son increíblemente silenciosos. No sé si es posible llegar a oírlos a un volumen molesto porque, a diferencia de Steam Deck, no los he escuchado apenas ni siquiera con la consola a altas temperaturas en los modos más exigentes.
Una bestia entre las manos: ¿cómo es la experiencia con ROG Ally?
Con todo, ROG Ally es una portátil preparada a conciencia. Es algo más pesada que la Deck, pero su peso está muy bien distribuido y, salvo quizá por la incomodidad de algún dedo, debido a la protuberancia de los gatillos traseros, es muy cómoda y se agarra perfectamente. Para mí los touchpad son necesarios en estas máquinas, pero admito que la disposición de los sticks es más natural y cómoda sin ellos, al poder colocar las palancas en una posición mejor para el pulgar. Sus botones frontales son quizá la peor parte del conjunto, con una cruceta que no me ha terminado de convencer, mientras que los botones ABXY se sienten algo frágiles. He llegado a leer a muchos analistas que pueden atorarse un poco, pero no me ha pasado al menos en mi experiencia.
El Armoury Create, aparte de permitir configuraciones como la limitación de la potencia o del FPS (aunque este último no funciona todavía), permite hacer muchos cambios en el control las cuales me han sido realmente útiles. Por ejemplo, en A Plague Tale: Requiem el gatillo derecho tenía otra sensibilidad que no permitía lanzar la honda a no ser que aprietes muy fuerte, y es posible reducir el recorrido para que se active antes. Aún así, he tenido algunos problemas, ya que la máquina tiene que alterar el control entre la modalidad de escritorio, mando y los perfiles de los juegos, y aún necesita algunas actualizaciones porque a veces pierde la configuración indicada.
Por último, merece la pena destacar el factor multidisciplinar de la máquina. Es obvio que, al disponer de un Windows, puedes convertir la ROG en un ordenador de sobremesa en cualquier momento, a poco que la conectes a un dock que abra sus puertos. De hecho, yo he usado el propio de Steam Deck que lo reconoce sin problemas para añadirle una conexión por ethernet o utilizar cualquiera de sus conexiones. Enchufada a un monitor, un teclado y un ratón, y sacando de la ecuación la batería, puedes realizar cualquier tipo de tarea con unos resultados muy decentes. La máquina incluye además un puerto al lado del cargador para conectar una GPU externa, por lo que potencia no te va a faltar en ningún momento si la usas como estación de sobremesa.
¿Steam Deck o Asus ROG Ally? Cuestión de prioridades
Creo que Asus ha entendido bien un mercado tan relativamente nuevo como el de estos ordenadores con forma de portátil. Valve ha apuntado a ser una gran opción de calidad/precio, y yo soy de los que sigue defendiendo el modelo sin SSD teniendo en cuenta que puedes utilizar una microSD con velocidades de lectura que, para los juegos actuales, no presentan muchos problemas. Asus, sin embargo, ha apuntado más alto, a los jugadores más exigentes que quieren un plus en sus juegos tanto en resolución como en fotogramas por segundo, e incluso que se pueden sentir limitados por el ecosistema Linux de SteamOS.
Pero todo, por supuesto, viene a un precio. El modelo Z1 Extreme cuesta 799€ y es sin duda por el que más va a apostar la compañía pues tiene no solo el doble de capacidad, con 500GB, sino un procesador más eficiente que es lo que busca el jugador exigente. Su modelo Z1 de 699€ se queda con 256 GB y un APU algo inferior por cien euros de diferencia. La cuestión es que, si bien Steam Deck es una gran consola en ese modelo de 419€, la opción de 679 con el disco de 512GB es en donde creo que se pierde esa relación calidad/precio tan buena en comparación.
Asus es un producto con una tecnología más avanzada, pero también esto viene a un precio. El precio del vataje hará que tengas que pisar el freno de esa potencia si no quieres ver cómo tu batería se exprime en menos de una hora, con parte de los recursos que consume ese mismo Windows que es más compatible, y también algo menos cómodo de usar sin touchpads. Lo bueno es que su cargador es muy rápido, con 65W que la cargan en poquísimo tiempo. Así que, si eres de partidas cortas, puedes aprovechar los intervalos para cargar la máquina y tenerla lista para exprimir la siguiente partida.
Es posible que se presentara tan rápido que no haya dado tiempo a asimilarlo, pero lo cierto es que Asus ha hecho un buen trabajo para conseguir posicionarse en la alta gama de cara al jugador que todavía necesita un poquito más de potencia. Aún hay asperezas que limar, y que tienen que venir sobre todo en forma de drivers para la APU y para que la experiencia con su Armoury Create sea mucho más sólida y consistente. La compatibilidad con Windows viene también a un precio de exigencia que aumenta el problema de la batería y que Valve se ha saltado con su propio sistema operativo mientras que tiene la capacidad de crear sombreadores y configuraciones únicas para mejorar algunos juegos, como vimos en el caso de Elden Ring. Pero, pese a todo ello, nada que te impida saltar a cualquier plataforma con una gran experiencia de juego desde el primer minuto. Personalmente, creo que aunque el ideal para estas máquinas todavía no se ha alcanzado (y será difícil hasta que no se encuentre una forma eficiente de lidiar con la relación entre potencia y batería), mientras Steam Deck sigue siendo muy buena en esa relación calidad/precio y con un cuidado software propio, ROG se ha posicionado como el rival técnico y el hardware a batir.
Asus ROG Ally ha hecho un gran esfuerzo por posicionarse como la nueva gama alta de los PCs portátiles y lo consigue con unas excelentes prestaciones técnicas y un panel de 1080p, 120 Hz y un gran tratamiento del color en el que da gusto jugar. Por supuesto, el hándicap portátil es siempre la batería y ahí la potencia desmesurada requiere un alto coste: la duración que se reduce considerablemente. A ello influye algo demandado por algunos usuarios, como tener Windows de serie instalado, que ofrece otras ventajas, y tendrá que ser el jugador el que equilibre la potencia de la máquina para reducir el consumo de watios. Con todo, cumple con lo que promete: exprimir un poco más los juegos consiguiendo más frames por segundo y más resolución que el estándar del mercado.
- Llega en dos modelos: Z1 a 699€ y Z1 Extreme a 799€.
- Incorpora Windows de serie para ser compatibles con todas las tiendas de PC.
- Su panel de 1080p, 120 Hz y colores vivos es muy llamativo.
- Con la potencia al máximo, la duración de la batería es escasa. Hay que equilibrar las configuraciones para un mejor equilibrio.
- Es muy cómoda en las manos y muy silenciosa, aunque carece de touchpads.
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