El estreno de Avatar en 2009 marcó a toda una generación de espectadores y también de cineastas. Más allá de cualquier valoración de subjetiva, la producción de James Cameron empujó al máximo la tecnología de la época para ofrecer un espectáculo audiovisual al que tenías que ir sí o sí a verlo en cines. Pero un film de tal magnitud no está al alcance de todos, y un magnate multimillonario chino pronto lo descubriría con un sueño fallido de 130 millones de dólares.
Son muchas las producciones inacabadas de gran presupuesto. Sin ir más lejos el pasado año nos enfrentamientos a la cancelación de Batgirl en Warner Bros. tras haber sido rodada y llevar ya varias semanas de posproducción. Pero el proyecto que hoy nos ocupa no surge del desastre de planificación de un gran estudio de cine, sino del profundo deseo de un empresario inmobiliario de poder hacer algo remotamente parecido a Avatar que todo el mundo pudiera disfrutar. Su nombre es Jon Jiang y su película quizás nunca se llegue a ver.
La historia detrás de Empires of the Deep
Así, viajamos varios años en el pasado para conocer la historia detrás de Empires of the Deep (también conocida en sus inicios como Mermaid Island), una epopeya de fantasía ambientada en la Antigua Grecia donde una reina busca salvar a su padre y, de paso, a su reino submarino, regalando a lo largo de su metraje encarnizadas batallas entre sirenas, monstruos y criaturas demoníacas.
No estamos ante una copia de Avatar, que quede claro. De hecho, la premisa del film nos hace acordarnos bastante más de Avatar (2018). Y es que Jon Jiang no solo vertió en el proyecto su pasión por la obra de James Cameron, sino también su amor por El Señor de los Anillos de Peter Jackson y la saga Star Wars.

Él escribió la historia y él mismo fue el encargado de reclutar un equipo de grandes nombres que pudiera dar empaque a su visión y su inversión. En particular, contrató al colaborador de Cameron, el guionista Randall Frake. Pero, ¿quién sería el encargado de dirigir este mastodonte? Irvin Kershner (El imperio contraataca) fue el primer gran cineasta con el que se reunió, pero la idea de ambientar el film en la antigüedad no le sedujo y Jiang rechazó su sugerencia de llevar la trama a un futuro de ciencia ficción. Tras él llegó Pitof, encargado de la infame película de Catwoman de Halle Berry, con el que no se hizo buenas migas. La producción caería así a manos de Jonathan Lawrence (Dream Parlor).
La búsqueda de la actriz protagonista no sería tampoco tarea sencilla. Pese a ser una producción de origen asiático, Jiang quería que su film fuera visto en los cines de todo el mundo, motivo por el cual buscó una estrella reconocible. Se barajaron los nombres de Sharon Stone y Monica Bellucci, pero fue Olga Kurylenko quien se quedó con el papel recibiendo un pago de un millón de dólares.
Nadie quiere estrenar la película en EE.UU.
Jiang ya tenía todos los ingredientes sobre el caldero, pero el rodaje del film pronto se tornaría más complicado de la cuenta y bastante oscuro, con denuncias de impagos y exceso de racanería en el set, y marcha y llegada de nuevos directores. De hecho empezó con el guion aún por cerrar. Pero lo que terminaría por lastrar el proyecto es la sensación a "baratucho" que desprendía todos sus valores de producción. Un pensamiento que muchos tendrían tras publicarse un primer tráiler que solo provocó risas entre los espectadores.
En 2014, varios años después del comienzo de la producción, Jiang fichó a un habitual del cine de Steven Spielbeg para editar la película Michael Kahn, mientras en 2016 buscó sin éxito recaudar más fondos para su montaje. Desde entonces, Empire of the Deep ha permanecido guardada en un cajón, aunque a buen seguro su productor hará alguna intentona más para poder estrenarla.
Fuente | AllóCine
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