Turning Point: Fall of Liberty es un Shooter subjetivo que, lamentablemente, no ha cumplido sus expectativas. Sus premisas argumentales y ambientación dan la talla, pero el apartado gráfico, desarrollo y algunos errores de programación penalizan una experiencia jugable que podría haber dado mucho más de sí.
Lo peor que se puede decir de un videojuego es que sea aburrido, y eso es precisamente lo que ejemplifica a corto-medio plazo El Increíble Hulk. Discreto apartado gráfico, notable vertiente destructiva y escasa diversión son sus principales puntales.
Warriors Orochi 2 no ha sabido aprender del tiempo y nos ofrece la misma experiencia ya vista en su primera entrega. Además sigue teniendo los mismos errores jugables de su antecesor y no se han incluido novedades sustanciales. Peca de estar mal implementado jugablemente, aunque al menos cuenta con bastantes modos de juego y un elenco de personajes amplio.
Golden Axe: Beast Rider confunde el homenaje a lo retro con la jugabilidad plana y carente de chispa. Lo nuevo de SEGA queda en lo mediocre en la práctica totalidad de sus apartados, y resulta un fracaso en su intento de recuperar una franquicia legendaria y convertirla en un producto digno de la Next-Gen.
La Venganza de los Caídos es mejor videojuego que la última entrega de Transformers, aunque no va mucho más allá. Si eres fan de la serie o las películas puede que le saques algún partido, de lo contrario sólo encontrarás un puñado de misiones repetitivas y una experiencia cuyo punto débil es su impreciso control.
La misión de Hoth incluida en la edición Sith de Star Wars: El Poder de la Fuerza llega a Xbox Live a cambio de 800 Microsoft Points, un coste bastante alto teniendo en cuenta la relación calidad/precio. Una expansión de poco más de una hora de duración en la que lo mejor es el enfrentamiento entre Starkiller, el nuevo Lord Sith y Luke Skywalker, el Jedi más poderoso de la galaxia.
Como tristemente suele ocurrir en estos casos, una película de éxito ha sido trasladada a videojuego de forma perezosa. Esta aventura ofrece muy poco al jugador para lograr entretenerle más allá del tirón del personaje en sí, con un desarrollo monótono e invariable.
El despiadado oso de peluche regresa con ganas de marcha en este juego destinado exclusivamente a los servicios de descarga online. La secuela, sin ser nada brillante, supera al original, y su combinación de sigilo, acción y humor "malote", presenta algunos buenos momentos.
Special Forces: Team X es un shooter en tercera persona de carácter multijugador bastante convencional y con severos errores de pulido. En líneas generales no está mal perfilado, pero lamentablemente sus bugs e inconsistencias arruinan la experiencia jugable, especialmente siendo un título multijugador.
A veces el humor puede con todo, pero desgraciadamente este no es uno de esos casos. Aunque tenga muy buenas intenciones, con un personaje carismático, obsceno y loco de remate, el plano jugable no acompaña en un hack 'n slash monótono y carente de ideas más allá de las brillantes referencias a otros videojuegos y elementos de la cultura pop.
BlackSite: Area 51 es una de las más sonoras decepciones de este año. No estamos ante un mal juego, pero a su condición de juego sin terminar hay que añadir su desarrollo lineal y monótono y la pobreza de sus torpes mapeados.
Battle March sigue explotando el filón Warhammer, trasladando en esta ocasión su universo a Xbox 360. Un título de corte más táctico que estratégico que al aunar dos videojuegos incluye abundantes contenidos; sin embargo, peca de ofrecer un control muy escaso sobre nuestras tropas.
Crash Time 2 es otro intento de llevar esta clásica serie alemana de policías a videojuegos. A pesar de las escasas novedades y mejoras sigue estando más cerca de la floja primera parte que de otros títulos del género. Su modo historia se hace monótono y no tiene apenas modos de juego que ofrecer.
Fairytale Fights presentaba una propuesta atractiva sobre el papel que no acaba de despegar por su pobre ejecución. Falta chispa en los combates y en las situaciones, y su jugabilidad acaba pecando de excesivamente repetitiva.
Entretenido y muy largo si queremos conseguirlo todo, pero poco más. Dynasty Warriors: Strikeforce se queda muy lejos de lo esperado al presentar un sistema de juego monótono, poco preciso en los combates y con errores tontos pero muy frustrantes como el de las cámaras, que lo alejan de los grandes del género y lo convierten en una apuesta poco recomendable.
Oportunidad desaprovechada la de este RPG de Juego de Tronos. No demasiado divertido en sus combates y con una exploración muy limitada, ni tan siquiera sus discretos valores de producción han ayudado a salir de la mediocridad.
Dynasty Warriors 6 agradará una vez más a sus fans e irritará de nuevo a sus detractores, pues se trata de mismo juego de siempre. Con leves mejoras en lo visual y escasas modificaciones en lo jugable se trata de un título únicamente recomendable para los fans del Hack and Slash más crudo.
F.E.A.R. 2: Reborn tiene gancho, pero no sabe qué hacer con él. La primera expansión para la campaña de Project Origin es demasiado corta, y repetitiva; no sólo ofrece una experiencia idéntica a la del juego original sino que abusa de la repetición de enemigos y escenarios.
Ghostbusters: Sanctum of Slime cumple su cometido de ser un juego puro y duro de acción otorgando una experiencia divertida en su vertiente cooperativa. Sin embargo, peca de ser demasiado lineal, sencillo y mecánico, con poca variedad y frescura en su desarrollo.
Si en esta industria, como en la del cine, existiera la denominación de “videojuegos de serie B”, Rise of Nightmares probablemente sería uno de ellos. A los japoneses de SEGA no se les puede negar la valentía para combinar dos grandes ingredientes (Kinect y terror), pero faltaba un poco más de talento y dedicación para haber llegado más lejos.
Los autores de la serie Budokai Tenkaichi, los nipones de Spike, nos proponen la siempre atractiva idea de colocarnos delante de la pantalla para imitar a nuestros ídolos de Dragon Ball.
Bionicle Heroes aprovecha esta franquicia con un sencillo y directo título, indicado casi exclusivamente para los más jóvenes o fans incondicionales de estos juguetes.
Nada es excesivamente bueno o malo en Fatal Inertia, se trata de un juego que no sobresale en ninguno de sus aspectos ni tan siquiera, lamentablemente, en la diversión. Algunas ideas buenas deberían haber sido mucho más potenciadas para lograr un desarrollo jugable pleno, pero la mayoría se han quedado a medio camino.
Supreme Commander tenía mimbres para ser uno de los grandes RTS del año en Xbox 360, sin embargo su sonrojante optimización lo condena al olvido.
Repetitivo, repetitivo y repetitivo… Con esas tres palabras se podría calificar a Spiderman El Reino de las Sombras, una nueva y fallida adaptación del universo arácnido a los videojuegos. Difícil de jugar, pero también de recomendar.
