Aunque nos hubiera gustado toparnos con una aventura de rol algo más compleja en lo jugable, Costume Quest 2 mantiene el encanto que hizo del original un título tan especial. Lo simpático de su argumento, sumado a la vistosidad de los nuevos disfraces a los que tendremos acceso, os hará sonreír como niños mientras acabáis con el reinado de terror interpuesto por un dentista poco amigo de los dulces.
Su apuesta por un sistema de combate más intenso y visceral ha permitido a Victor Vran convertirse en un buen juego de acción rolera que sabe cómo divertir durante horas. Sin embargo, es también una obra demasiado típica en el diseño de sus misiones y el de la propia ambientación, con nula capacidad para sorprender a los aficionados más veteranos.
Sorprendentemente enigmático en su puesta en escena y con un apartado artístico de gran calidad, Tulpa falla donde menos debía hacerlo: en el diseño de sus rompecabezas. Algunos son bastante ingeniosos, es verdad, pero la mayoría pecan de ser o muy simples o tan obtusos, que cuesta horrores dar con una respuesta lógica a sus enigmas.
Planteado más como un relato audiovisual que como un videojuego en sí, A Bird Story se ha quedado bastante lejos del impacto que supuso su antecesor, el emotivo To the Moon. La historia que cuenta es entrañable, sí, pero también poco original y tal vez demasiado previsible. Amén de que nuestro papel en esta "función" es tan nimio, que os engancháis con el cuento que se narra u os aburriréis rápidamente.
Tan gris y oscuro como el corazón de las corporaciones a las que nos enfrentaremos en esta aventura de puzles y plataformas, el tétrico mundo de Monochroma tenía todo para ser el escenario perfecto para un gran videojuego. Pero lo discreto de su planteamiento jugable, con un sistema de control muy mejorable y un diseño de rompecabezas poco inspirado, lo alejan de los referentes del género.
Su original planteamiento de juego prometía dejarnos con una magnífica aventura de terror, pero la triste realidad es que Among the Sleep no es ese gran videojuego que esperábamos.
Mentiría si dijera que no he disfrutado de Beyond a Steel Sky y su historia, con los temas sobre los que reflexiona, que me parecen interesantes y adultos. En muchos puntos es un homenaje digno de su predecesor, lográndolo especialmente bien en la faceta más puramente argumental y en sus mecánicas de aventura gráfica moderna gracias al sistema de hackeo.
En sus mejores momentos Valhalla Hills os lo hará pasar muy bien gestionando la vida de ese puñado de laboriosos vikingos aficionados a la cerveza… pero es eso, en sus mejores momentos que no son tantos como nos hubiera gustado.
Original en su planteamiento jugable, BeatBlasters III no ha aprovechado todo el potencial que ofrecía esta idea de combinar acción, plataformas y juegos musicales en un mismo pack. Es divertido, sí, pero también algo frustrante y limitado en lo que a opciones se refiere. Así que pasaréis un buen rato con esta obra, pero no el suficiente como para encandilaros.
Sunset tiene buenas intenciones, que intentan ofrecer una perspectiva diferente, más humana y real de un conflicto bélico que afecta a millones de personas. Utilizando el estilo de juego en primera persona, sacrificando jugabilidad por narrativa, Sunset busca transmitir sensaciones sin buen tino, debido a un planteamiento preso de las propias paredes de su propio apartamento.
Con una buena faceta multijugador y un editor de contenidos que promete brindarnos alegrías en el futuro, Sword Coast: Legends no es ni de lejos esa gran aventura de rol que esperábamos. Demasiado simple en tantos aspectos, poco puede hacer frente a otros títulos de índole similar que brillan por la profundidad de sus combates, la libertad de acción, o la elegancia y brillantez en la escritura de su guión.
The Deer God es una interesante aventura de acción plataformera que luce especialmente bien en lo artístico, pero a la que le ha faltado algo más de enjundia en el diseño de sus misiones para alcanzar mayores cotas de calidad. Hablamos de un título que sorprende por algunas de las ideas que le dan forma, pero que tocando muchos palos no destaca en ninguno de ellos. Y esto, a las pocas horas, termina por cansar.
Cornerstone: The Song of Tyrim busca llamar la atención de los nostálgicos pero no tiene nada con lo que atraparles. Ni su acción es especialmente divertida, ni funciona tan bien como debiera.
Las buenas ideas no siempre acaban bien, y esto es exactamente lo que le ha ocurrido a Son of Nor. Un título con un planteamiento de juego ciertamente atractivo, pero que falla notoriamente en aspectos donde no se puede errar nunca: su sistema de control, el pobre diseño de niveles y lo repetitivo de su acción. La aventura puede divertir en ciertos momentos de la partida, pero está lejos de ser un gran videojuego.
Tan genérico en lo visual y pobre en lo jugable, Wild Frontera es un videojuego difícil de recomendar. Puede que alguno le encuentre cierto encanto al hecho de andar pegando tiros por el Salvaje Oeste con esa estética tan desenfadada, pero en líneas generales hablamos de un título extremadamente pobre que solo en su vertiente multijugador puede ofrecer algunas pinceladas de diversión.
Frustrante a más no poder, lo poco bueno que tiene Aaru’s Awakening frente a sus muchos errores hace difícil que podamos recomendaros esta aventura de plataformas en 2D.
