Wario llega a Nintendo Switch como mejor sabe, con un divertido conjunto de microjuegos que resulta variado e inspirado, en este caso con la novedad que supone controlar a cerca de una veintena de protagonistas. La inclusión de un modo historia tanto individual como cooperativo es su gran acierto, el cual viene acompañado del suficiente número de contenidos.
Mario Party Superstars ofrece justo lo que se planteaba: una divertida recuperación de la esencia de la saga. Lo hace con tableros y minijuegos de algunos de los títulos mejor recordados de Mario Party, echando la mirada atrás pero sin perder de vista el presente.
Brain Academy funciona bien en el contexto concreto para el que se ha creado. Entre amigos, familia y gente que no es muy fan de jugar a videojuegos, va perfecto. Sin embargo, se hace corto y limitado si el objetivo es retarte a ti mismo; pero eso no es para lo que se ha creado.
Super Mario Party significa el retorno de la serie a las raíces, es decir, a la calidad. 80 minijuegos variados, que sacan partido de las características de los Joy-Con y que, sobre todo, se insertan dentro de un amplio elenco de modalidades de juego.
The Touryst es un juego lleno de secretos que encontrar, mazmorras que resolver y minijuegos que disfrutar. Son unas verdaderas vacaciones del videojuego. Su sencillez es la norma, una de la que saca provecho, pero también le pasa algo de factura, cuando necesita crecer en complejidad.
Los juegos de carácter arcade tienen un nuevo y gran representante en Switch con esta nueva aportación digital que lleva por nombre Overcooked: Special Edition. Un juego especialmente orientado hacia el multijugador, vertiente que se convierte en su mayor atractivo, pero que también puede ser disfrutado si jugamos en solitario… perdiendo parte de su encanto y frenetismo.
Overcooked 2 se mantiene fiel a los principios de la primera entrega y los potencia con nuevas mecánicas, escenarios aún más locos y un multijugador online que incrementa las posibilidades de juego. Sin embargo, le falta ambición, tampoco innova demasiado y posee ciertos problemas en asuntos de progresión, variedad de recetas y control. Aún así, un título muy recomendable para jugar en compañía.
La mayoría de eventos deportivos de Juegos Olímpicos de Tokio 2020 - El videojuego oficial están a buen nivel y suponen una buena forma de adentrarse en nuevas disciplinas deportivas acompañados de otros amigos en competitivo o cooperativo.
Part Time UFO es un juego sencillo pero muy efectivo, con la simpatía con que suele impregnar HAL Laboratory a sus producciones. Sus pruebas cortas pero desafiantes son ideales para partidas en cualquier momento. En definitiva, un juego que encaja con la filosofía de Nintendo Switch y que además cuenta con cooperativo local, por si buscabas algo para disfrutar junto a otra persona.
Go Vacation no es mala opción como videojuego party, sobre todo si consideramos la escasez de alternativas en Nintendo Switch. Su núcleo central, los minijuegos, debería ser más contundente, pero tiene a su favor la capacidad de explorar libremente una isla con varias zonas, así como un multijugador local a pantalla partida para hasta cuatro participantes.
Sega recupera una de sus sagas más queridas y adorables gracias a una interesante remasterización de una de sus últimas entregas, Super Monkey Ball: Banana Blitz de Wii. Divertido, desafiante y dotado de minijuegos multijugador muy entretenidos, se trata de un título bastante completo que hará disfrutar a multitud de usuarios.
Nintendo Switch Sports es buen heredero de las virtudes de la línea Sports de Nintendo, con disciplinas deportivas que aúnan tradición y novedad. La implementación de los Joy-Con resulta intuitiva y precisa, mientras que las opciones online exploran una vertiente novedosa dentro de la serie. Sin embargo, el juego también se muestra incompleto, con pocos deportes y opciones de juego.
Una, dos… y nos vamos, porque tal vez 1-2-Switch no acabe siendo la mejor opción para animar las fiestas. Posee algunas buenas ideas y como demostración del poder de los Joy-Con resulta un producto interesante. Sin embargo, queda lejos de ser un videojuego "party" recomendable. Le falta ritmo, profundidad y sobre todo diversión.
Flip Wars es un videojuego incompleto, y esa es la verdadera lástima. La base es sólida y divertida: una especie de Bomberman que cambia explosivos por paneles que saltan por los aires. Sin embargo, escasea en modos de juego y sensación de progresión. No tiene lo suficiente como para engancharnos, se queda corto, pero al final contiene potencial para divertir… aunque sea un rato.
Scribblenauts Showdown destaca por ofrecer dos esquemas de juego diferentes, aventura y party game. Una propuesta bastante ambiciosa que por desgracia se ha quedado a medio camino porque en ninguna de las dos vertientes consigue destacar, quedándose algo limitado en muchos aspectos.
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