La saga Sacred nos ofrece un spin-off bastante curioso que lleva por nombre Sacred Citadel. Y lejos de ser un RPG clásico, se trata de un beat´em up en toda regla cuya principal virtud estriba en su modalidad cooperativa para tres jugadores simultáneos. Su mecánica es un tanto invariable y su duración es más bien "justita", pero por otra parte gráficamente es agradecido y su desarrollo se hace entretenido.
Infernal es un envoltorio espectacular y cegador para un producto de acción bastante flojo. En lo bueno podemos citar el apartado gráfico y la brillante optimización, en lo malo es obligado mencionar la linealidad de las misiones, la pésima historia, la ausencia de multijugador y la monotonía de los objetivos, además de algunos problemas serios con el control y el apuntado.
Quantum of Solace es una oportunidad perdida para acompañar con un título de calidad al estreno de la película, y un nuevo motivo para desconfiar de las adaptaciones al videojuego. El lanzamiento de Treyarch transmite una sensación de desarrollo apresurado y de ideas desaprovechadas. Corto, bastante repetitivo y algo desangelado.
Wanted es un título más que competente, y una nueva demostración de que no todas las adaptaciones de cine a videojuegos están condenadas al fracaso.
Velvet Assassin no es un mal juego pero, desde luego, tampoco es gran cosa. Había algunas buenas ideas en su planteamiento, especialmente relacionadas con la ambientación y el carisma de la protagonista, sin embargo todas ellas se diluyen debido a la abundancia de decisiones conceptuales y de ejecución equivocadas.
Croteam hace los deberes y nos ofrece una interesante revisión del mítico Serious Sam del 2001. Los cambios son únicamente visuales y pequeños ajustes multijugador, sin embargo dado su bajo precio será una opción muy recomendable para los fans de las series.
Videojuego desarrollado por los creadores de Turok, que acompañará al estreno de la nueva película basada en el mito TRON de los 80, y cuyo argumento une la historia de la película original con la nueva película TRON: Legacy.
Con unas ocho horas de duración, All Zombies Must Die! es un juego con buenas ideas que ha fallado en su ejecución. Por momentos resulta muy divertido, sobre todo en compañía, pero a la vez transmite la sensación de que podría haber dado mucho más de sí, especialmente en el planteamiento de misiones que no fueran tan repetitivas.
Bastante clásico en lo jugable y con un llamativo apartado audiovisual, God Mode se ha quedado lejos de alcanzar el frenetismo y la calidad jugable de los grandes referentes de la acción extrema. Es muy intenso y divertido en su vertiente cooperativa, pero se queda corto a nivel de opciones con demasiada premura.
Capcom y Slant Six Games han firmado una nueva entrega muy particular de la serie Resident Evil, una que rompe con todo lo aparecido en la serie hasta el momento. Y es que este título es un shooter, bastante genérico eso sí, que basa su encanto en la faceta online, ofreciéndonos ahí las posibilidades que su pobre campaña individual nos esquilma.
De menos a más. Afterfall Insanity no acaba nunca de remontar el vuelo, pero sí logra conforme avanza su experiencia ir mejorando su oferta hasta convertirse en un título discreto pero posiblemente apreciable para los más fans del género. Un título olvidable y no demasiado brillante en ninguna faceta, pero razonablemente efectivo.
Una gran idea mal ejecutada. Solo así se entiende como un juego tan prometedor como Lucius se ha quedado tan lejos del nivel de calidad de otras aventuras gráficas.
Aunque aparentemente el videojuego de Los 4 Fantásticos contiene todos los elementos de un buen beat-'em-up y varias ideas interesantes, tanto su desarrollo como la realización no llegan al nivel deseado y dan como resultado un juego bastante normalito que no aporta ninguna nueva experiencia y que se vuelve bastante repetitivo.
Dying Light 2 es divertido porque esa buena base ya estaba en el juego original. Sabe componer un juego de zombis que, cuando se lo propone, muestra buenos niveles con los que desarrollar tus habilidades de parkour y, aunque sea de forma secundaria, sabe sacar más partido de las actividades nocturnas.
Original en su planteamiento jugable, BeatBlasters III no ha aprovechado todo el potencial que ofrecía esta idea de combinar acción, plataformas y juegos musicales en un mismo pack. Es divertido, sí, pero también algo frustrante y limitado en lo que a opciones se refiere. Así que pasaréis un buen rato con esta obra, pero no el suficiente como para encandilaros.
Yaiba no es la visión de Comcept de la serie Ninja Gaiden, es más bien su rústico tributo a la franquicia en clave Serie B. Visto con esos ojos, esta obra puede ser estimable sino pedimos grandes cosas, y es que si esperamos disfrutarlo como miembro puro de la franquicia nos vamos a llevar un disgusto.
Escasos recursos, poco tiempo y falta de experiencia… Probablemente estos han sido los mayores problemas de la nueva desarrolladora dedicada a dar vida a los transformers en el mundo del videojuego. Rise of the Dark Spark cae en lo genérico con un third person shooter monótono, corto y no carente de errores tanto de diseño como de programación.
Asterix & Obelix: Slap Them All no me ha parecido un mal beat 'em up, pero sí un videojuego con bastantes carencias jugables y que, sobre todo, presenta una acusada sensación de repetición. Afortunadamente, los fans de la pareja gala encontrarán aquí un título absolutamente fiel a la licencia y que visualmente es una delicia.
No hay nada esencialmente bueno ni malo en un Stranger Things 3: The Game que hace los deberes para agradar a los fans de la serie de Netflix, y poco más. Eso sí, hay algunas cosas rescatables como su cooperativo y su estética, que encantará a los nostálgicos, lo que unido a una buena duración pueden hacernos pasar un rato agradable con él. Es un videojuego que no aspira a más, pero tampoco a menos.
Respaldando al lanzamiento de Wolfenstein: Youngblood, Bethesda nos trae un juego diseñado de manera específica para la Realidad Virtual. Y lo cierto es que se trata de un título poco sorprendente en lo jugable pero más que entretenido, que nos permite tomar el control de tres máquinas bastante diferentes entre sí, especialmente el dron.
Corto a todas luces en contenido: ocho personajes de serie, un modo campaña repetitivo de tres horas que no aporta nada a los seguidores del anime, un insípido modo horda y un supervivencia clásico. Deben gustarte mucho sus mecánicas para poder sacar partido a tan pocos protagonistas en su modo en línea. Y es una pena, porque en lo jugable está lejos de ser un mal videojuego de lucha tridimensional.
Pese a que Exception ofrece un buen desafío en un género como el de los plataformas desafiantes, no logra estar a la altura de los grandes exponentes por una falta de control y respuesta en sus situaciones más complicadas. Aunque descuida ciertos aspectos de diseño, puede saciar el apetito de los ávidos aficionados a estos juegos, gracias a su ingente cantidad de niveles.
A Knight's Quest es un interesante homenaje a las aventuras 3D clásicas de cambio de siglo. Se vale de los bajos recursos de la época para levantar un entorno vasto pero vacío, con un diseño algo caótico y mecánicas jugables bastante simplonas.
1971 Project Helios es una propuesta interesante en el género de la estrategia, con buenas ideas y muy divertido cuando quiere. Lo malo es que los problemas con su cámara, la irregularidad de su ritmo y sus bugs hacen que jugar no sea todo lo agradable que pudiera ser. Y es una lástima, porque tiene algunos momentos de brillantez.
Skully no pasará al recuerdo colectivo de jugadores de puzles y plataformas. Sus intenciones son buenas y, por momentos, tiene ideas atractivas. Sin embargo, el diseño de sus escenarios, unos puzles bien ideados pero mal acabados y la falta de rejugabilidad tornan a Skully en un título menor dentro de su género.
