Empire es la nueva joya de la corona Total War. Si alguien desea conocer la definición de la palabra estrategia en los videojuegos debería consultar primero con Creative Assembly para saber lo que este equipo británico tiene que decir al respecto.
Legacy of the Void supone el final de muchas cosas. Con él termina las andanzas de algunos de los personajes más carismáticos de la industria del videojuego. Pero ante todo pone fin a una era que ha hecho disfrutar a millones de jugadores durante más de 15 años. Era difícil, pero StarCraft II no podía tener mejor punto y final.
Superar a todo un clásico es una tarea muy pero que muy difícil. Sin dar rodeos: Blizzard lo ha hecho. Y es que Wings of Liberty mantiene intacto el espíritu y el encanto que encumbraron a StarCraft a lo más alto volviendo a convertirse de nuevo, 12 años después, en uno de los principales referentes del género.
Todo en World in Conflict es un brillante triunfo para la estrategia en tiempo real, y es que su estilo ligero marcado por el predominio de la acción es ágil y adictivo. Por si fuera poco cuenta con un multijugador sencillamente brillante, que supone una de las más interesantes revisiones del género en los últimos años, enfatizando lo cooperativo por encima de lo individual.
Crusader Kings III es un juego casi perfecto en todos sus aspectos y se convierte de manera inmediata en uno de los referentes de su género. Su equilibrio entre cantidad de opciones y accesibilidad es soberbio, y si a esto le añadimos la narrativa emergente que parece una fuente inagotable de continuas tramas, historias y conspiraciones, nos queda un título que roza la perfección.
Multitud de mejoras gráficas, mayor profundidad en su desarrollo y una jugabilidad adictiva y sin límites, son las bazas principales de esta nueva entrega de la saga. Medieval II es una maravillosa experiencia que ningún fan de la estrategia debe perderse, sin dejar de ser a su vez la forma perfecta de comenzar en el género para los no iniciados.
Dawn of War II no reinventa la estrategia en tiempo real, pero aporta su granito de arena a la hora de ampliar las perspectivas del género.
Revelación se sitúa entre la mayor complejidad de Conquista y la accesibilidad de Estirpe. Entre la brillantez de las misiones del primero y la cantidad de misiones secundarias del segundo. Es además el desenlace final, el que nos explica todo el trasfondo de Fire Emblem Fates. Ideal para aquellos que hayan completado alguno de los dos videojuegos de la trilogia.
Por opciones de juego, variedad de personajes y refinamiento en sus mecánicas jugables, DOTA 2 se ha convertido sin duda alguna en el mejor de su género. Una auténtica obra maestra que denota la pericia con la que sus creadores han dado vida a este videojuego, al que podemos dedicar cientos de horas sin cansarnos nunca de su trepidante acción. Indudablemente, un clásico que no deberías dejar escapar.
Ya asentado y confirmado lo bien que encajan Warhammer y Total War, el interés por la segunda parte se centraba más bien en cómo la abordaría Creative Assembly. Pues bien, lo ha hecho a lo grande, con una secuela que bien merece ese apelativo.
Hacía ya un tiempo que no jugábamos a un título que nos impactara de la forma que lo ha hecho This War of Mine. Lo mejor, sin duda, es que el mensaje que propone no está en ningún momento rivalizando con las mecánicas. Es tan divertido como cautivador, escalofriante y crudo.
Un trabajo ejemplar que hace justicia a una de las sagas estratégicas más relevantes de la industria del videojuego. Homeworld está de vuelta con mejores gráficos y una interfaz de usuario más amigable, pero conservando intacta la enorme calidad que hicieron de él una obra de culto. ¿Te lo perdiste en su día? Adelante. No cometas ese error dos veces.
Había enorme curiosidad por ver cómo le sentaba a Total War el esmoquin de lujo que es Warhammer, y lo cierto es que le va como un guante. La poco reprochable fórmula jugable de Creative Assembly encaja a la perfección con la fantasía de Games Workshop y nos brinda una de las entregas más memorables de la que es una de las sagas de referencia.
Son tantas las virtudes que atesora que sería difícil enumerarlas todas en tan pocas líneas, pero tal vez la conclusión que más justicia le haga a Heroes of the Storm sería que este es el juego perfecto para la gente a la que no suelen gustar los MOBAS, y a su vez un brillante título de acción estratégica para los más veteranos en estas lides.
Rome II logra reeditar las grandes cotas de calidad de la serie Total War, y lo hace con un juego conservador pero totalmente recomendable. Quizá tiene menos novedades de las esperadas, y las que presenta a veces son más vistosas que útiles, pero con la base de la serie Creative Assembly continúa demostrando inusual maestría.
Command & Conquer Remastered Collection es un gran ejemplo de cómo me gustaría que fueran todas las remasterizaciones.
Total War: Warhammer 3 no ha venido a reinventar la rueda. Cualquiera que ya conozca la saga Total War y la franquicia sabe perfectamente lo que esperar, y Creative Assembly ha vuelto a sacar un RTS muy sólido que dará cientos de horas de disfrute a aquel que se deje enamorar por sus propuestas.
La odisea espacial en la que nos embarcan los creadores de Crusader Kings y Hearts of Iron es un auténtico regalo para los amantes de la alta estrategia. Stellaris es un videojuego impresionante, una obra genial que no solo es grande por la libertad de acción que brinda, sino más bien por las emociones que logra transmitir.
Command & Conquer 3: Tiberium Wars acierta plenamente a la hora de plantear un regreso a los orígenes jugables de la saga, junto con una espectacular mejora visual. La serie resucita tras el irregular Generals, y ofrece dos campañas largas, intensas y de calidad, que son sólo el acompañamiento perfecto para un multijugador de auténtico lujo.
Se ha dejado querer más de la cuenta, saltándose incluso su llegada a Wii que iba a ser su destino inicial, pero os aseguramos que la espera ha merecido la pena. Pikmin 3 es un juego de esos que sólo Nintendo y la sabiduría infinita de Shigeru Miyamoto son capaces de ofrecernos, le duela a quien le duela.
Fire Emblem: Three Houses es el videojuego más grande de la saga. Tres campañas y más de 100 horas de juego son los grandes titulares de una entrega que manifiesta una evolución en términos de producción, siendo el juego más ambicioso de Intelligent Systems en términos de escala.
This War of Mine sigue siendo el mismo gran juego ahora también para consola. El control se resiente un poco en comparación con teclado y ratón, pero los nuevos añadidos como los niños y las posibilidades de personalización de la partida son buenos argumentos para vivir de nuevo esta cruel guerra.
Convertir la oveja negra de la serie Fire Emblem en uno de los mejores que hemos jugado en la redacción. Así se resume el transcurso de estos 25 años hasta llegar a Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia, un videojuego que abre una senda de posibles remakes para la serie.
Company of Heroes es lo más parecido a dirigir los destinos de los hombres de Salvar al Soldado Ryan o los de la serie Band of Brothers. El juego es excelente en todos los aspectos, y a la calidad estratégica a la que nos tiene acostumbrados Relic, une de nuevo un acabado de auténtico lujo. Es, sin lugar a dudas, el mejor RTS en lo que llevamos de año.
Company of Heroes 2 tiene todas las virtudes de su predecesor, y así mismo suma el componente exótico de un conflicto en la parte más fría de Europa que nunca habíamos vivido así.
