Xenoblade Chronicles 3 es justo lo que se puede pedir a una nueva entrega: recoge los atributos de sus predecesores y los potencia con una historia memorable, un sistema de batalla ejemplar y una exploración que dan para cerca de un centenar de horas de juego.
Si tienes en cuenta qué es Digimon Survive y crees que encajas con su propuesta, no solo puede resultarte un buen videojuego, sino quedar atrapado por sus virtudes. Tiene una historia bien contada, con decisiones que afectan al desarrollo de una aventura larga y hasta rejugable. Los combates tácticos no son la nota predominante, pero encajan en la fórmula para dotarla de variedad.
Undertale puede considerarse una rareza, pero una de esas que ocurren cuando la forma de hacer videojuegos es tan uniforme y tan constreñida que sólo tomando el camino contrario se consigue sorprender. Pero la obra de Toby Fox no es sólo una anécdota. Está perfectamente planteada y esconde algo que conecta directa e indirectamente con todo aquél que haya pasado demasiado tiempo con un mando entre las manos.
Slay the Spire se alza como la mejor propuesta de juego de cartas centrado únicamente en el modo para un jugador. Tras alcanzar el éxito en PC, llega a Nintendo Switch y PS4 dispuesto a repetir hazaña. Es muy inteligente en su propuesta, que además mezcla con el riesgo y la recompensa que producen las mecánicas de un roguelike. Avanzar en él es una delicia y una experiencia que quieres volver a jugar una y otra vez.
Con la excepción del acabado gráfico, que deja bastante que desear, los fallos y achaques de Leyendas Pokémon: Arceus son más que bienvenidos porque son justo el tipo de asperezas que se atribuyen a un juego que ha cambiado radicalmente su diseño.
Ocean's Heart está algo lejos de la calidad de los Zelda 2D producidos por Nintendo, pero aun así ofrece un acercamiento muy entretenido, con un mundo a explorar bastante sólido, así como mecánicas y retos que pueden mantenerte atrapado durante varias horas.
Infernax es un claro ejemplo de cómo un concepto puramente retro se puede traer a la actualidad. Acción metroidvania en un título que recuerda a clásicos como Castlevania, tanto por su estupendo diseño como por su ajustada dificultad. Un indie de buena duración, adictivos combates, exploración inteligente, un convincente sistema de progresión y ante todo mucha diversión.
Divinity: Original Sin II es la definición perfecta de la libertad en el género del rol. Lo logrado aquí por Larian Studios excede toda expectativa. Sabe a clásico, pero busca innovar. Recoge elementos del original, pero los mejora y amplía. Pocos juegos de rol pueden llevar sus siglas con más orgullo que el juego que tenemos aquí. Un imprescindible, ahora también en Nintendo Switch.
Dragon Quest XI S es un buen ejemplo de cómo revitalizar un videojuego más de un año tras su lanzamiento: nuevas historias, un fascinante modo retro, música orquestada, el añadido de voces en japonés y pequeñas introducciones jugables (como la mayor velocidad) que ayudan a mejorar la experiencia global.
Eastward llama la atención por su precioso homenaje a la era de los 16 bits, pero realmente te atrapará cuando descubras una narrativa propia de Hayao Miyazaki y una jugabilidad altamente inspirada en los clásicos Zelda. Una aventura de acción que no se hace nada corta, que posee una considerable variedad y que además es bellísimo en sus planos visual y sonoro.
Con The Witcher 3: Wild Hunt - Complete Edition se ha conseguido trasladar a Nintendo Switch uno de los mundos más complejos que nos deja esta generación. Se han tomado las decisiones correctas en cada caso, priorizando resolución o suavidad si nos encontramos en escenas más narrativas o de juego.
Bandai Namco recupera un título excelente de PSP que, por desgracia, jamás fue distribuido oficialmente en Europa y que sigue siendo magnífico en la actualidad.
Dragon Ball Z Kakarot brilla en Nintendo Switch tanto como en las versiones lanzadas en el pasado. Una producción que captura a la perfección las claves de uno de los mangas y anime más históricos y queridos. Batallas, exploración del Dragon World y una cantidad de misiones secundarias e historias alternativas para hacer las delicias de todos los fanáticos de la obra de Akira Toriyama.
Triangle Strategy es un RPG táctico de mucha calidad que deposita su razón de ser en una trama potente y un sistema de juego muy convincente. La narrativa es profunda, adulta, compleja y posee decisiones en que realmente sientes que puedes influir en el devenir de los acontecimientos.
Puede que la idea de jugar a un RPG sin combates no te resulte llamativa en un primer momento, pero bastan unos pocos minutos con Disco Elysium para darse cuenta de que esta aventura de rol está a otro nivel.
Young Souls es un beat 'em up de la era actual absolutamente recomendable, tanto si eres un incondicional de este estilo de juegos, como si quieres adentrarte en una propuesta que fusiona lo mejor del "yo contra el barrio" con jugabilidad RPG. El resultado es un título con dinámicas combativas adictivas, una muy buena accesibilidad y una sensación de progresión intensa.
El objetivo de Octopath Traveler era recuperar una forma de hacer juegos que se había perdido con el paso de los años. Su regreso a la era de los 16 bits, tanto desde el punto de vista audiovisual como jugable, constituye una defensa de los J-RPG como los vio nacer la industria.
Xenoblade Chronicles demuestra que mantiene todos sus atributos como gran J-RPG con una versión para Nintendo Switch que realiza un potente lavado de cara mientras añade accesibilidad para los novatos y un nuevo episodio especialmente indicado para los que ya completaron el título en su día.
En lo que va de año, Shin Megami Tensei V es, para mí, el JRPG que más he disfrutado. Sé que a muchos les echará para atrás que la base del juego sean unos combates por turnos extremadamente exigentes, pero a mí eso me ha encantado.
Ruined King es un muy buen juego, y una auténtica obra de arte para aquellos que tengan un mínimo interés en el universo de League of Legends. Hay que tomarse el juego como lo que es: un RPG con sistemas simples que busca contarnos una historia y premia a aquellos que deciden invertir tiempo en empaparse del mundo que nos ofrecen.
Live A Live no era el JRPG más demandado, y menos para recibir un remake tan ejemplar como el que se ha hecho para Nintendo Switch. Sin embargo, por eso mismo creo que debes darle una oportunidad. Tiene una propuesta rolera única, con 8 historias de lo más interesantes, cada una con una particular estructura jugable.
Xenoblade Chronicles 2: Torna - The Golden Country es más que un simple DLC. Significa la manera en que Monolith Soft experimenta con nuevas propuestas jugables, incluso mejorando en ciertas parcelas al original.
Ender Lilies: Quietus of the Knight falla en que sus enemigos y sus melodías se repiten mucho, pero lo compensa con un buen diseño de áreas de combate y de saltos, un estupendo diseño artístico, un combate que acaba ganando muchísima profundidad, unos jefes memorables y un mundo que querrás exprimir al máximo. Su tasa de frames tampoco es sólida como una roca, pero no llega a ser un problema.
Si en PC era ya un juego muy recomendable, en Nintendo Switch con la posibilidad de jugar en portátil lo es incluso más. Disfrutar de Loop Hero vayas donde vayas es todo un placer, pues es un juego ideal para echarse partidas rápidas.
Valkyria Chronicles vuelve con una cuarta parte inspirada en la primera y que pretende recoger el buen hacer de ésta, aplicando un puñado de novedades en forma de nuevas unidades y mapas más grandes y mejor diseñados.
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