La nueva apuesta de Milestone en el mundo del automovilismo nos deja un sabor agridulce. Por una parte transmite muy buenas vibraciones al volante, un gran nivel gráfico, un buen número de circuitos que aprender y un más que interesante garaje de vehículos que probar. Por otra parte se queda muy justo en modos de juego, cámaras disponibles y representación visual de los daños.
Supercar Challenge sigue la senda su predecesor, Ferrari Challenge, ofreciéndonos un correcto y potente, además de difícil, simulador de velocidad. Sin embargo el juego no ofrece casi nada nuevo y llega en un momento en el que los lanzamientos de títulos de conducción son muy numerosos y ofrecen más variedad de vehículos y calidad en general.
Ridge Racer 7 es un competente juego de conducción que acusa en exceso sus pocas diferencias con la sexta edición del mismo. Resulta complicado recomendarlo si ya disponemos de la entrega de Xbox 360, pero en caso contrario estamos ante un correcto arcade, caracterizado por su peculiar estilo de juego y por su gran capacidad de personalización.
Need for Speed Undercover supone una importante decepción dentro de la recta final del 2008. Lejos de capturar el espíritu de Most Wanted, el título de Black Box fracasa al proponer una campaña excesivamente sencilla y una conducción modelo “autos de choque”.
