Hacía falta que alguien diera el siguiente paso dentro del género battle royale, y es justo lo que han logrado hacer desde Respawn Entertainment. Apex Legends logra implantar su propia identidad con una acción más ágil y vertical, y llena de innovaciones y mejoras para todas las convenciones del género: equipo, comunicación, navegación, mapa...
Más que un homenaje. Así podríamos describir el formidable remake de Resident Evil 2, uno de los primeros grandes videojuegos del 2019. Capcom tenía la difícil tarea de modernizar un título de 1998 y adaptarlo a los nuevos tiempos, sin perder su esencia, y desde luego lo ha conseguido.
La luz que desprende Kingdom Hearts III en cuanto a aciertos es tan poderosa como para mitigar las muchas sombras que contiene, fruto de un desarrollo longevo y complicado. Su extraordinaria fusión de mundos creativos alcanza una nueva cúspide en la historia de la franquicia, dando lugar a conceptos jugables que sorprenden de principio a fin en un videojuego duradero y cargado de contenidos.
Rayman Legends convierte en leyenda la jugabilidad del anterior juego, mejorando aspectos como la variedad, la duración y hasta la dificultad. Un título que añade fases musicales y jefes finales a la propuesta, pero sobre todo unas mecánicas plataformeras mejor ajustadas, que en esta ocasión se valen de la tecnología Ubi Art para acercarnos escenarios y personajes 3D dentro de un sistema de juego 2D.
Es difícil encontrar en estos momentos un recopilatorio mejor y más completo que Rare Replay. Una auténtica oda de amor a este mítico estudio británico que se nota ha sido diseñada con la pasión y el cariño que merecía.
Unravel es más que un videojuego, es el alma de sus creadores plasmado en un plataformas encantador, bellísimo y que transmite como pocos.
Unruly Heroes sigue muy de cerca la estela dejada por los últimos Rayman, creando un plataformas de acción muy original, que se caracteriza sobre todo por mantener sus mecánicas frescas a lo largo de todos sus niveles, con un diseño visual muy llamativo y cuidado. Perfecto para cuatro jugadores en local, pero también para un solo jugador.
Sunset Overdrive es una notable sorpresa. El catálogo de las consolas Next-Gen andan necesitadas de títulos no sólo de su calidad, sino también de su irreprochable personalidad. Es verdad que hay algunos aspectos mejorables como su olvidable multijugador, su en ocasiones confuso control y su no siempre inteligente sentido del humor, pero son elementos que palidecen ante la diversión y locura que depara.
Monster Hunter emprende sus cacerías en la nueva generación de consolas con éxito. Es un título muy respetuoso con sus claves, pero que entiende la necesidad de renovarse. Básicamente, es un juego más ágil y satisfactorio, el cual se ha liberado de unas cadenas que impedían a la serie mostrar todo su esplendor.
Titanfall 2 nos ha sorprendido con su campaña, llena de ideas atrevidas y diferentes al shooter cinemático tradicional, mientras ofrece un multijugador más sólido y con más empaque, capaz de ofrecer una mayor versatilidad a medida que progresamos por todos sus niveles.
Con sus cosas extraordinarias y sus cosas no tan boyantes, The Division es una de las propuestas más atractivas en lo que llevamos de 2016. Adictivo hasta extremos sorprendentes y cargado de contenidos, hay poco que reprocharle en su faceta de valor-precio.
Arkham Knight es un sobresaliente broche para la trilogía (cuatro juegos en realidad) de Rocksteady sobre Batman. El añadido del Batmóvil es su gran titular y la obsesión por justificar su presencia no siempre depara los mejores resultados, pero todo lo demás sigue siendo tan bueno que el conjunto mantiene su calidad y lo mantiene como uno de los mundos abiertos de aventuras más recomendables de la generación.
La Definitive Edition de Tomb Raider es un producto extraordinario si no disfrutamos en su momento del espectacular Tomb Raider de 2013. Sus novedades gráficas no son tan poderosas como para hacerlo recomendable si ya terminamos aquel, pero en caso contrario el acabado gráfico y la resolución garantizan un apartado visual poderoso para sumar a una gran experiencia jugable.
Una buena historia también puede marcar la diferencia en un videojuego, y A Plague Tale: Innocence es un gran ejemplo de ello. La historia de los hermanos Amicia y Hugo sobrecoge, con una mezcla de realismo y fantasía que se traduce en la pantalla a través de mecánicas pausadas de sigilo y puzles que os mantendrán atrapados durante las cerca de 10 horas que dura.
Dishonored 2 es una secuela digna, gracias a su brillante diseño de niveles y los poderes de Emily que dan un cambio suficiente a sus mecánicas. Puede que sea algo conservadora, pero la fórmula de Dishonored todavía se mantiene lo suficientemente fresca como para querer seguir disfrutando de los poderes del Vacío una vez más.
La saga Battlefield mantiene su supremacía como uno de los mejores multijugadores con otra demostración de fuerza donde de veras importa, en el campo de batalla.
Far Cry 4 se levanta sobre las fortalezas de su predecesor, ahora cambiando temática y construyendo una trama muy interesante. Funciona a todos los niveles, generando diversión a raudales, más con el añadido de un cooperativo simplemente sensacional.
Owlboy juega con la nostalgia de manera brillante pero, a su vez, apuesta también por la innovación. Recupera la mejor esencia de las aventuras de tiempos pretéritos y le da un nuevo giro que le sienta genial. Acción, plataformas, puzles, exploración ¡y hasta sigilo! De todo hay en este videojuego que sabe cómo sorprender de forma constante.
Titanfall es frenetismo y rapidez. También es un juego muy conciso que sabe lo que quiere y que, comparado con la variedad que suele haber en el género, puede resultar algo escaso en cuanto a modos.
Far Cry 5 es un muy buen exponente de lo que quiere conseguir la saga shooter y, seguramente, también de hacia dónde quiere dirigirse. El nuevo videojuego de la serie se hace fuerte en todos los elementos que caracterizan a la marca y, aunque no arriesga demasiado en sus ideas, logra un resultado muy bueno.
Un videojuego muy completo; Esa es la principal sensación que deja The Division 2 en el jugador. Es un título en el que se puede invertir sin miedo tanto nuestro dinero como, lo que es más importante, nuestro tiempo.
Multiversus es un juego de luchas con gran potencial. Parte con un sistema jugable muy sólido, heredero de Smash Bros, pero que al mismo tiempo sabe encontrar su propia identidad. Aún hay un limitado, aunque suficiente, número de personajes y escenarios, además de que algunos aspectos del juego están desbalanceados y se echan en falta más modalidades de juego.
Era fácil cargar las tintas contra el nuevo CoD por haber sacrificado la campaña, sin embargo hemos descubierto que hay mucho y muy bueno en su interior. Sí, ya no hay modo historia, pero en apenas un par de días es fácil que Blackout te mantenga pegado a la pantalla hasta invertir mucho más tiempo que en un modo individual tradicional de la serie.
Tekken 7 es una de las entregas más importantes de la veterana franquicia de Bandai Namco. Aporta novedades muy interesantes en todos los campos jugables, con nuevos personajes estupendos y nuevas mecánicas que ayudan a cambiar el final de cada round y la estrategia a seguir.
Battlefield 4 es una de las mejores experiencias multijugador que vas a encontrar para finales de este año. Ha solucionado su escasez de modos, aunque los conocidos seguirán siendo los más jugados por la comunidad, y ha añadido más espectacularidad si cabe a la destrucción de sus vastos mapas. Hay poco que se le pueda achacar a este título cuando la recompensa es tan gratificante.
