Adictivo como pocos, contamos ya por decenas las horas de juego que hemos dedicado a este apasionante juego de cartas free-to-play, que demuestra que Blizzard puede dar el do de pecho en cualquier proyecto que se proponga. Muy fácil de jugar pero difícil de dominar, pocos títulos del estilo ofrecen un acabado tan sobresaliente como Hearthstone: Heroes of Warcraft.
Un trabajo ejemplar que hace justicia a una de las sagas estratégicas más relevantes de la industria del videojuego. Homeworld está de vuelta con mejores gráficos y una interfaz de usuario más amigable, pero conservando intacta la enorme calidad que hicieron de él una obra de culto. ¿Te lo perdiste en su día? Adelante. No cometas ese error dos veces.
Resulta complicado encontrarnos en la actualidad con producciones (sean del estilo que sean) que intentan aportar frescura al género al que pertenecen, y menos aún con títulos de esta guisa que consiguen alcanzar un nivel de calidad notable.
Total War: Warhammer 3 no ha venido a reinventar la rueda. Cualquiera que ya conozca la saga Total War y la franquicia sabe perfectamente lo que esperar, y Creative Assembly ha vuelto a sacar un RTS muy sólido que dará cientos de horas de disfrute a aquel que se deje enamorar por sus propuestas.
Hasta ahora en las consolas de PlayStation y Xbox nos teníamos que conformar con entregas de la saga Civilization tan interesantes como Revolution, pero también muy alejadas de lo que ofrece una entrega completa de la franquicia. Civilization VI es uno de los mejores videojuegos de estrategia por turnos de los últimos años, así que resulta increíble poder disfrutar de él en nuestras consolas de sobremesa.
Command & Conquer 3: Tiberium Wars acierta plenamente a la hora de plantear un regreso a los orígenes jugables de la saga, junto con una espectacular mejora visual. La serie resucita tras el irregular Generals, y ofrece dos campañas largas, intensas y de calidad, que son sólo el acompañamiento perfecto para un multijugador de auténtico lujo.
¿Conquista, Estirpe o Revelación? Conquista es sin duda una buena respuesta, sobre todo si eres un incondicional de la serie Fire Emblem. Su variedad de misiones, tono más oscuro y mayor dificultad lo convierten en una apuesta segura para los fans.
Magic Arena es el videojuego definitivo de Magic: The Gathering. Más allá de lo divertido que sea el juego de cartas en sí, la realidad es que se ha sabido transportar a la perfección la modalidad estándar, con las últimas colecciones a disposición del usuario.
Little King's Story es uno de esos videojuegos que por su inesperada calidad duplica la sorpresa de los usuarios tras su silencioso lanzamiento al mercado. Cing pone la corona de rey a los usuarios de Wii en un título que, recogiendo lo mejor de Pikmin, nos da poder absoluto sobre un sistema de juego accesible pero a la misma vez rico y profundo.
Tan similar y a la vez tan distinto a lo que estábamos acostumbrados, Animal Crossing: New Leaf supone el ejemplo perfecto de lo que debería ser una buena secuela. Es más grande, variado y completo que sus antecesores; nos permite personalizar nuestra casa y sus alrededores como nunca antes lo habíamos hecho, y para colmo tiene un potente modo multijugador.
Rome II logra reeditar las grandes cotas de calidad de la serie Total War, y lo hace con un juego conservador pero totalmente recomendable. Quizá tiene menos novedades de las esperadas, y las que presenta a veces son más vistosas que útiles, pero con la base de la serie Creative Assembly continúa demostrando inusual maestría.
Command & Conquer Remastered Collection es un gran ejemplo de cómo me gustaría que fueran todas las remasterizaciones.
Convertirse en el emperador de China es un reto apasionante con el que es difícil no pasarlo bien.
Si ya eres jugador de XCOM, ya sabes a lo que vienes; pero incluso siendo una secuela relativamente conservadora, encontrarás sorpresas que pueden calar tanto como lo han hecho en nosotros. Esos momentos en los que si te has preocupado por personalizar a tus soldados, sufrirás con cada uno de ellos en situaciones más extremas.
Revelación se sitúa entre la mayor complejidad de Conquista y la accesibilidad de Estirpe. Entre la brillantez de las misiones del primero y la cantidad de misiones secundarias del segundo. Es además el desenlace final, el que nos explica todo el trasfondo de Fire Emblem Fates. Ideal para aquellos que hayan completado alguno de los dos videojuegos de la trilogia.
Se ha dejado querer más de la cuenta, saltándose incluso su llegada a Wii que iba a ser su destino inicial, pero os aseguramos que la espera ha merecido la pena. Pikmin 3 es un juego de esos que sólo Nintendo y la sabiduría infinita de Shigeru Miyamoto son capaces de ofrecernos, le duela a quien le duela.
This War of Mine sigue siendo el mismo gran juego ahora también para consola. El control se resiente un poco en comparación con teclado y ratón, pero los nuevos añadidos como los niños y las posibilidades de personalización de la partida son buenos argumentos para vivir de nuevo esta cruel guerra.
Cambia el Mundo cumple con lo prometido, y realmente modifica con fuerza el rostro de Civilization V. Los escasos puntos débiles del original en algunos aspectos se reducen aquí hasta rozar lo inexistente, y apenas queda trabajo de mejora con la IA para encontrarnos con uno de los títulos de estrategia por turnos más redondos de los últimos tiempos.
Company of Heroes es lo más parecido a dirigir los destinos de los hombres de Salvar al Soldado Ryan o los de la serie Band of Brothers. El juego es excelente en todos los aspectos, y a la calidad estratégica a la que nos tiene acostumbrados Relic, une de nuevo un acabado de auténtico lujo. Es, sin lugar a dudas, el mejor RTS en lo que llevamos de año.
No inventa nada nuevo, pero todo lo que hace lo hace tan bien que Cities: Skyline se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes referentes de los juegos de construcción de ciudades en la actualidad. Es divertido como pocos, también muy adictivo, y para colmo cuenta ya con una fuerte comunidad de usuarios que de forma continuada está expandiendo sus contenidos con auténticas maravillas.
Había enorme curiosidad por ver cómo le sentaba a Total War el esmoquin de lujo que es Warhammer, y lo cierto es que le va como un guante. La poco reprochable fórmula jugable de Creative Assembly encaja a la perfección con la fantasía de Games Workshop y nos brinda una de las entregas más memorables de la que es una de las sagas de referencia.
Ya asentado y confirmado lo bien que encajan Warhammer y Total War, el interés por la segunda parte se centraba más bien en cómo la abordaría Creative Assembly. Pues bien, lo ha hecho a lo grande, con una secuela que bien merece ese apelativo.
Convertir la oveja negra de la serie Fire Emblem en uno de los mejores que hemos jugado en la redacción. Así se resume el transcurso de estos 25 años hasta llegar a Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia, un videojuego que abre una senda de posibles remakes para la serie.
Slay the Spire se alza como la mejor propuesta de juego de cartas centrado únicamente en el modo para un jugador. Es muy inteligente en su propuesta, que además mezcla con el riesgo y la recompensa que producen las mecánicas de un roguelike. Avanzar en él es una delicia, y una experiencia que quieres volver a jugar una y otra vez.
Puede parecer muy simple, pero Papers, Please puede dar para muchas horas de diversión ante un planteamiento tan extraño y rutinario como el control de un paso fronterizo. Su gran mensaje que se va construyendo en la cabeza del jugador sin juicios por parte del videojuego lo convierten en una de las propuestas independientes más importantes del año.
