Crash Bandicoot 4 sorprende también en Nintendo Switch con un plataformas variado, divertido, desafiante y que sobre todo mantiene los atributos de la saga a la que representa. Parecía difícil, pero Toys for Bob demuestra que no solamente sabe hacer grandes juegos, sino que además puede conseguir que funcionen bien en distintas consolas.
Little Nightmares es una pequeña gran experiencia, que domina algo más difícil que el terror: la tensión. Lo hace sin ocultar los rostros del miedo, solo el nuestro. A través de su coordinado y placentero ejercicio de puzles, de su impecable diseño de niveles, cautiva y acongoja, pero no solo por el miedo a la muerte, sino por el miedo a una triste, vacía y culpable vida.
Cuando se habla de herramientas que te ayudan a crear juegos sin pocos conocimientos, es fácil desconfiar, porque hacer videojuegos es habitualmente difícil.
Lo mejor del port de Hellblade: Senua's Sacrifice para Nintendo Switch es que existe, y eso ya es todo un logro. Lo es también que haya mantenido los atributos del original: una aventura narrativa que tiene a la psicosis de nuestra protagonista como tema central, dentro de un esquema de juego que gira en torno a las alucinaciones de Senua.
El equipo de Image & Form se encuentra en estado de gracia y SteamWorld Dig 2 es el mejor ejemplo de ello. Adictivo, ingenioso y realmente divertido, este videojuego de acción y plataformas mejora todo lo visto en el original con una aventura de las que dejan huella.
Es un más de lo mismo, sí, pero mejorado. Outlast 2 en Nintendo Switch coge todo lo bueno del videojuego original y lo lleva a un nivel más terrorífico, más espectacular, que te atrapa y no te suelta durante las diez horas que puede llevarte completar esta brutal aventura de terror.
L.A. Noire fue un título muy diferente al resto y lo sigue siendo. Las dos versiones que ha remasterizado Rockstar son más que correctas, definiendo nuevas resoluciones, texturas de alta calidad y realizando algunas mejoras en la propia mecánica del juego.
Cadence of Hyrule es una genial demostración de que cuando dos buenas ideas se fusionan (Crypt of the Necrodancer y Zelda), las cosas pueden salir muy bien. La desarrolladora indie Brace Yourself Games muestra gran talento en una producción que sabe fusionar el concepto rítmico de su más exitoso juego con los rasgos icónicos de la saga The Legend of Zelda.
Salt and Sanctuary no busca innovar y no reniega de sus inspiraciones. Pero una vez las aceptas, encontrarás un título más que sólido, lleno de desafíos, que traslada la fórmula Souls a las dos dimensiones, mezclándolo todo con el género Metroidvania. Un título largo y apasionante, que ahora también deleitará a los usuarios de Nintendo Switch.
Después de cuatro años de exclusividad en Wii U, LEGO City Undercover da el salto a otros formatos con una conversión bastante buena que además integra modo cooperativo para dos jugadores en modo local. Una buena historia (para lo que suelen ser los juegos LEGO), multitud de personajes y vehículos para desbloquear, una jugabilidad firme y la simpatía de siempre dan vida a una aventura sandbox muy entretenida.
Regresar al mundo de BioShock, esta vez en formato portátil, ha sido una experiencia fantástica. Aunque los tiroteos del clásico de Irrational Games se sienten ahora simples y algo torpes, explorar Rapture continúa siendo uno de esos viajes que ningún aficionado al videojuego debería perderse.
Minecraft: Dungeons no puede medirse cara a cara con otros juegos más profundos del género, pero tampoco tiene por qué hacerlo. Se siente divertido y ágil por sí mismo, y de todos modos quienes quieran dedicarle horas y horas podrán encontrar equipamiento más interesante a medida que mejoran sus héroes y aumentan la dificultad.
Borderlands Legendary Collection tiene dos claros caballos vencedores: un volumen absurdísimo de contenidos que disfrutar durante cientos de horas, y unas ambiciones técnicas muy difíciles de igualar en el hardware de Nintendo Switch.
The Touryst es un juego lleno de secretos que encontrar, mazmorras que resolver y minijuegos que disfrutar. Son unas verdaderas vacaciones del videojuego. Su sencillez es la norma, una de la que saca provecho, pero también le pasa algo de factura, cuando necesita crecer en complejidad.
Red Blue Games ha conseguido recrear con Sparklite uno de los títulos de estilo roguelite más interesantes y cuidados en todos sus apartados de todos los que han aparecido en los últimos meses.
Reventure parece la típica aventura de acción y plataformas de estilo retro pero nada más lejos de la realidad. Es un videojuego sorprendentemente divertido que destaca por su inteligente diseño de niveles, su gran libertad de acción y esos cien locos desenlaces que ansiarás descubrir solo por ver sufrir al héroe.
Trine 4: The Nightmare Prince puede ser la entrega más continuista de la serie, que regresa al camino establecido por su segunda parte, pero no por ello se olvida de crear la entrega más hermosa de todas, con puzles muy ingeniosos, equilibrados y con esa gran capacidad de resolverlos de varias formas distintas.
Omega Force ha creado una segunda entrega muy notable de Attack on Titan, una aventura que muestra un desarrollo que se aleja totalmente de la especialidad de dicho estudio, los musou, para albergar una jugabilidad muy diversa aunque bastante centrada en la acción.
Tecmo Koei nos brinda un sensacional título de acción basado en una de las sagas manganime más importantes de los últimos años. Una aventura repleta de posibilidades que integra un sistema de combates muy bien diseñado, un buen número de niveles, un apartado audiovisual muy fiel a la serie original y un gran número de personajes controlables y modos de juego, incluyendo varias opciones multijugador online.
Completo, rejugable y desafiante, Koji Igarashi ha conseguido triunfar donde Keiji Inafune y su Mighty No.9 fracasaron. La espera ha valido la pena. Puede que en lo técnico no sea un videojuego espectacular, pero Ritual of the Night ha sido capaz de entender los deseos de los amantes de los Castlevania de exploración y plasmarlos con éxito en la actualidad.
Gato Roboto es más que un homenaje al clásico Metroid. Es una aventura con humor, una potente variedad, buena sensación de progresión, muy interesante exploración y combates desafiantes. Dura poco más de cuatro horas, pero no podrás dejar la consola en lo que tardes en completar una de las aventuras más gratificantes que vas a encontrar este año en territorio indie. Así que no le busquéis tres pies al gato. Jugadlo.
Si Retro City Rampage es un título muy notable, esta continuación espiritual mejora en todo a dicha obra de VBlank. Su estética de estilo 16 bit es excelente, la banda sonora no puede ser mejor, la dinámica de juego resulta increíblemente adictiva y directa y la cantidad de contenido que ofrece es imponente.
Su versión original ya era un videojuego de lo más recomendable y con las novedades de su expansión, The Mormo's Curse, The Swords of Ditto no deja de ser una aventura que merece mucho la pena, especialmente si sacas partido de su multijugador cooperativo. Su propuesta capta a la perfección el espíritu de estos juegos y lo fusiona grácilmente con la estructura clásica de un Zelda bidimensional.
Unravel Two es, como el original, una bonita aventura de puzles y plataformas con un encanto especial. La apuesta por el cooperativo contribuye a crear desafíos más interesantes, también más divertidos, aunque si en su día disfrutaste del original, echarás en falta más originalidad en los retos que plantea.
Hay viajes que merece la pena vivir y el que propone Hyper Light Drifter es uno de ellos. Por muy frustrante que se vuelva en ocasiones su acción, o por difícil que resulte superar algunos de sus desafíos.
