Cuphead llega a Nintendo Switch en un port muy cuidado, con todos los atributos del videojuego original. Tal vez el mayor problema es el control con los Joy-Con, que no termina de convencer, pero por todo lo demás se trata de un plataformas de acción sorprendente, con un nivel de reto muy ajustado.
Muy variado en su acción y con unas mecánicas jugables que enamoran, Velocity 2X es una de esas obras que no deberías dejar escapar a poco que os gusten los shooter de scroll vertical. Tiene un punto de originalidad, un buen trasfondo argumental y un apartado audiovisual de gran calidad. ¿Qué más se puede pedir? Claro, que fuera algo más largo; pero no se puede tener todo en este mundo.
Downwell es una de esas pequeñas grandes joyas donde todo funciona como un reloj, con unas mecánicas sencillas de asimilar que enganchan y entretienen desde el primer minuto. Viene de otra época, una donde no se necesitaban más que un puñado de colores bien equilibrados y una programación enfocada en el reto y la diversión arcade rápida y eficaz.
RIVE es la mejor carta de despedida que podía brindar el equipo de Two Tribes. Es su último videojuego como desarrolladora pero ¡qué bueno es! Gracias a una admirable capacidad para reinventar su acción de forma constante, este título de disparos y plataformas en 2D sabe cómo sorprenderte una y otra vez con locos desafíos con los que es difícil no emocionarse.
No introduce grandes novedades pero sí las suficientes como para engancharte de nuevo a la intensa acción shoot'em up de un videojuego con gran personalidad propia. Sine Mora EX es uno de los mejores matamarcianos de desplazamiento horizontal aparecidos en los últimos años y, por tanto, es una compra muy recomendable tanto para nuevos usuarios como para los más veteranos.
El notable shooter espacial de Fishlabs para formatos móviles ha dado el salto a Switch con una versión realmente llamativa para sus usuarios. Y es que ya no sólo se trata de uno de los escasos representantes disponibles dentro del género en esta consola, sino que posee la suficiente calidad como para atraer bastante a los seguidores de este tipo de juegos de acción.
Contra: Rogue Corps es un twin-stick shooter con demasiados problemas para lograr una experiencia más que satisfactoria. Se echa en falta un control más pulido y preciso, niveles más variados que no caigan en la repetición y un sistema de progresión más cómodo e intuitivo. Tiene sus momentos en los que logra su objetivo, pero no duran tanto como nos gustaría.
