Huntdown es, en primer lugar, uno de esos juegos que entra de lleno en el Olimpo del pixel art, entrando por los ojos a aquellos enamorados de este estilo visual ambientado en la clásica distopía retrofuturista. Se trata de una propuesta sencilla, que emula a esos juegos de acción clásicos de scroll horizontal y que todavía no habían experimentado con el disparo multidireccional ni las plataformas exigentes.
The Wonderful 101: Remastered, más que una gran remasterización, es una obra que hace justicia a lo desconocido del juego original. Accesible para los nuevos del género, contiene capas y variedad suficiente para querer amaestrarlo en niveles superiores en la segunda vuelta.
Minecraft: Dungeons no puede medirse cara a cara con otros juegos más profundos del género, pero tampoco tiene por qué hacerlo. Se siente divertido y ágil por sí mismo, y de todos modos quienes quieran dedicarle horas y horas podrán encontrar equipamiento más interesante a medida que mejoran sus héroes y aumentan la dificultad.
Borderlands Legendary Collection tiene dos claros caballos vencedores: un volumen absurdísimo de contenidos que disfrutar durante cientos de horas, y unas ambiciones técnicas muy difíciles de igualar en el hardware de Nintendo Switch.
Regresar al mundo de BioShock, esta vez en formato portátil, ha sido una experiencia fantástica. Aunque los tiroteos del clásico de Irrational Games se sienten ahora simples y algo torpes, explorar Rapture continúa siendo uno de esos viajes que ningún aficionado al videojuego debería perderse.
El port de Catherine: Full Body no es la mejor versión del videojuego, pero sí una muy digna para Switch. Falla en su resolución, en especial en modo portátil, pero cuenta con un rendimiento estable, tiempos de carga no demasiado largos y todo el cariño del original. Si no lo habéis jugado en su momento, aprovechad ahora.
Amanita Design regresa con Creaks. No está a la altura de su mejor trabajo: Machinarium, pero sí que es un atractivo paso adelante en su forma tan propia de narrar, dibujar y permitirnos jugar sus mundos. Algo lento en ocasiones y un tanto escaso en las variaciones en su jugabilidad para su duración, pero notable para quienes adoramos este tipo de propuestas tan sugerentes.
Crysis Remastered para Nintendo Switch es otro buen trabajo de adaptación por parte de Saber Interactive (tras el port de The Witcher 3). Aspectos como el control o la IA podrían haberse pulido más, pero a nivel técnico no se podía haber hecho mucho mejor. El juego conserva atributos gráficos de la versión original de PC, e incluso se atreve a mejorar algunos, como la iluminación global.
No soy de los que dicen que es un juego para todo el mundo, porque pienso más bien que hay un juego para un determinado momento o tipo de jugador. Spiritfarer no te busca, más bien quiere encontrarte para ofrecerte un viaje sin agobios para llevar a un puñado de almas hasta su destino. Es duradero pero es para jugarlo a ratos. Tiene muchas posibilidades pero puede hacerse monótono.
Kingdom Hearts: Melody of Memory funciona muy bien a los mandos, es un placer jugar sus temas musicales y su campaña está resuelta de forma muy inteligente. Es muy divertido y trae contenido para aburrir. No llega a niveles de profundidad de un Hatsune Miku ni innova demasiado en el género, pero es notable.
Hyrule Warriors: La era del cataclismo es el resultado de una colaboración bien planteada, desarrollada y culminada. Zelda: Breath of the Wild expande su universo a través de un juego que explica de forma detallada algunos de sus eventos más importantes, y menos conocidos, dando solución a uno de los mayores reclamos de los fans. Pero no sólo eso.
Su acción es divertida y sus puzles, ingeniosos, pero la mayor virtud de Immortals Fenyx Rising es haber construido un fantástico mundo abierto que desearás explorar hasta el último rincón.
Diez años después de su estreno original, y seis desde que desapareciera de las tiendas, ha sido un placer saldar mi deuda pendiente con Scott Pilgrim contra el Mundo. Aunque su acción beat' em up podría ser algo más profunda, es innegable que sabe divertir, mucho más cuando lo disfrutas en compañía de amigos gracias a su multijugador cooperativo.
Un videojuego de plataformas y puzles serpenteantes. Esta sería una buena definición para Snake Pass, un título con un protagonista y un estilo de control poco habituales. El resultado es un juego muy fresco, de buenas ideas y al que sólo ciertos altibajos tanto de diseño como de dificultad lo han alejado de un mejor resultado.
Cuando se trabaja con pasión y dedicación es fácil transmitir esos mismos sentimientos a los aficionados, y justo ese es el mayor logro de este remake del clásico Wonder Boy III: The Dragon's Trap.
Ultra Street Fighter II: The Final Challenger no es un "perfect", pero sí que llega al "you win". En especial, ganan aquellos que quieran experimentar en Nintendo Switch uno de los grandes buques insignia del género combativo.
Los juegos de carácter arcade tienen un nuevo y gran representante en Switch con esta nueva aportación digital que lleva por nombre Overcooked: Special Edition. Un juego especialmente orientado hacia el multijugador, vertiente que se convierte en su mayor atractivo, pero que también puede ser disfrutado si jugamos en solitario… perdiendo parte de su encanto y frenetismo.
El tortuoso viaje que propone The Flame in the Flood es un buen ejemplo de que no todo está inventado en el marco de las aventuras de supervivencia extrema.
Un festín beat'em up desafiante, gore y apto para dos jugadores simultáneos es lo que vamos a encontrar en este fiel representante del género llamado Wulverblade. Apenas innova en ningún sentido y quizá carece de la profundidad que nos proporcionan los actuales referentes del género, pero a pesar de eso es un título excitante, bien ejecutado y dotado de una fuerte personalidad visual.
Fire Emblem no ha llegado para cambiar cuestiones de fondo de la serie "musou" (la repetitividad), pero aún así la fusión ha resultado muy interesante, principalmente porque han sabido integrarse conceptos de una y otra licencia hasta conseguir un equilibrio muy llamativo.
Una verdadera carta de amor dedicada a la época dorada de los videojuegos. Este sería el mejor resumen para hablar de Lumo, una divertida aventura de puzles y plataformas que recupera con gran acierto el espíritu de aquellos clásicos que nacieron bajo el amparo de máquinas como la ZX Spectrum.
Es posible que no alcance la grandeza del mítico Worms Armageddon, aquel videojuego fue una revolución, pero el Team17 puede estar orgulloso de haber creado uno de los mejores capítulos de su ya veterana franquicia. Su arsenal de armas es completo y variado, pero no conformes con ello, también te permiten personalizarlo con gran libertad.
Mantis Burn Racing es un Top-down racer bastante recomendado si quieres conocer este peculiar género en la actualidad. Tiene suficientes opciones como para pasar un buen rato y en la versión de Nintendo switch se acopla perfectamente al espíritu portátil de la consola para echar unas partidas rápidas de vez en cuando.
Cuando la nostalgia está de por medio cuesta mucho ofrecer una opinión que sea válida para todo el mundo, y Yooka-Laylee es el mejor ejemplo de ello. Estoy seguro que los seguidores de Banjo & Kazooie y, en general, los fans de las aventuras de plataformas 3D propias de la era Nintendo 64 disfrutarán de este videojuego de Playtonic, pero a su vez, se sentirán algo decepcionados por lo que pudo ser y no fue.
Brawlout, en su afán por fijarse en otras propuestas del género, puede quedarse en tierra de nadie, pero no significa que sea un videojuego capaz de otorgar horas y horas de buen entretenimiento en tu Nintendo Switch. Amplio en cuanto luchadores y modos de juego, se convierte en la única y viable alternativa a la lucha por plataformas en la nueva consola de Nintendo.
