Cuisine Royale busca ofrecer una alternativa a los battle royale más populares del momento con buenas dosis de humor y con algunas ideas propias, aunque nunca se llega a sentir como una propuesta realmente diferente. Sin embargo, sus partidas son de lo más divertidas, en especial con amigos, con el aliciente de ser gratis.
Journey to the Savage Planet quiere llevarte a un planeta alienígena a vivir una aventura basada en la exploración. Pero cuanto más me adentraba en el planeta, más tenía la sensación de que mis movimientos eran demasiado guiados y controlados por el juego. Todo en la obra de Typhoon parece animar al jugador a explorar a tu libre albedrío, desarrollar habilidades y fortalecerse, lo cual es muy divertido.
Es casi idéntico al primer juego, su modo Historia tiene un interés más bien escaso y al combate le vendría bien algo más de profundidad; pero el hecho de que sea tan fácil escoger y dominar a cualquier personaje mediante combos automáticos, la espectacularidad de las técnicas definitivas o la posibilidad de personalizar tanto a cualquier personaje hacen de My Hero One's Justice 2 un juego divertido y recomendable p
Paper Beast es un juego extraño, experimental, pero parte de su encanto radica precisamente en ello. Sus puzles invitan no solo a resolverse, sino a averiguar qué es lo que te pide. En ocasiones, esto puede llegar a frustrar demasiado, aunque cuando consigue su objetivo, alcanzas ese momento “eureka” tan ansiado. Por tanto, me es difícil realizar una única conclusión sobre Paper Beast.
Un buen videojuego de acción musou que sin duda agradará a los fans de One Piece por la enorme cantidad de personajes disponibles y su mejorado sistema de combate, con el que vas a disfrutar de algunas batallas muy emocionantes. Lástima que su pobre diseño de misiones y lo repetitivo de su acción, que casi deja de lado cualquier elemento estratégico, empobrezcan una experiencia de juego que daba para mucho más.
Daymare 1998 consigue emular de manera acertada todo lo que hace la fórmula Resident Evil. De hecho al jugarlo justo después de Resident Evil 3 Remake he tenido una sensaciones muy parecidas en lo jugable. Si eres amante del género es un título obligatorio, un Resident Evil apócrifo podemos llamarlo. Daymare 1998 merece la pena ser jugado por su historia, sus puzles y el diseño de sus niveles.
Sakura Wars sabe ser un digno regreso de esta mítica serie. Sus muchos contra quedan absorbidos por una narración agradable, encuentros divertidos y unas protagonistas que se vuelven entrañables. Es un juego para tomárselo con calma y explorar a conciencia dónde se oculta ese nuevo encuentro que nos haga estar más cerca de la persona de nuestros sueños.
Volver al mundo de Mafia 2 diez años después de su lanzamiento original es toda una experiencia. Gracias a ello te das cuenta de lo buen juego de acción que fue en su día, y lo bien que ha aguantado el paso de los años. Sin embargo, cuesta no sentirse decepcionado con una remasterización que hace lo justo á la hora de mejorar los gráficos sin aprovechar las nuevas tecnologías.
Tras haber devorado a cientos de inocentes en la piel de un tiburón implacable no podemos negar que Maneater es un videojuego de acción de lo más divertido, pero pese a su delirante encanto y a hacer realidad las sangrientas fantasías de muchos aficionados, cuesta no sentirse algo decepcionado con este juego de Tripwire. Es divertido, sí, pero también muy repetitivo y simple en su acción.
Un gran lavado de cara para un videojuego que es sinónimo de diversión inmediata. Los tiroteos se han quedado anticuados y hay problemas con la inteligencia artificial de los enemigos, pero Saints Row The Third Remastered sabe cómo entretener durante horas con un sinfín de alocados combates en las situaciones más inverosímiles. Si no lo jugaste en su día, encontrarás aquí un título divertido con mucho que ofrecer.
Shantae and the Seven Sirens es un videojuego divertido pero irregular. Es muy divertido cuando llegamos a sus laberínticas mazmorras con saltos, secretos y estupendos jefes finales, pero se hace repetitivo, monótono y pesado cuando toca recorrer la estructura metroidvania de su mundo central. Por fortuna, su duración bien medida y la simpatía de sus protagonistas hace que la experiencia general sea muy amena
De lanzamiento, Disintegration es más interesante como idea que como resultado. Está bien planteado, se siente balanceado y justo, la campaña presume de cierta variedad y de una buena producción… pero a la hora de la verdad no hay muchos momentos de emoción ni tensión, y hay características importantes que por una u otra razón, no se han implementado.
Destroy All Humans! regresa con un buen remake, muy divertido y que nos devuelve a aquellas sensaciones gamberras del juego original. Cuenta con un buen lavado de cara y mantiene todo el humor del original. La ampliación de las zonas originales y sus retos le dan un poquito más de duración, lo que se agradece.
Una propuesta no del todo original pero bien planteada, dotada de una ambientación en blanco y negro muy elegante y que posee un nivel de desafío bien ajustado. Puede resultar algo mareante por sus características durante sesiones prolongadas para ciertos jugadores, pero se trata de un título bastante llamativo y recomendable dentro de su género.
Fall Guys se ha ganado a pulso la increíble popularidad de la que ha disfrutado hasta el momento. Es divertido, es (más o menos) original, tiene niveles muy bien hechos, y hay algo realmente único en unir físicas al montón de jugadores que esperarías en un battle royale.
Destaca el trabajo llevado a cabo en el diseño de cada uno de sus niveles con puzles desafiantes que sabrán contentar a los más experimentados. El uso del magnetismo no es una idea original dentro de los videojuegos, pero Mighty Polygon consigue sacarle bastante partido.
Mortal Shell se inspira en la fórmula Souls para retorcer su sistema de combate con sus propias ideas. Luces y sombras en el título de Cold Symmetry que, si bien presenta un buen reto, queda lastrado por algunas decisiones que ralentizan la partida y algunas imprecisiones en sus mecánicas. Un soulslike disfrutable, no obstante, aunque más corto que la media, que sirve como buen aperitivo.
La propuesta de No Straight Roads es interesante y hasta cierto punto entretenida, con ciertas dosis de desafío. Es una lástima que su acción hack 'n slash no vaya al unísono de la potente banda sonora que contiene, puesto que esa era el objetivo principal del juego.
Captain Tsubasa: Rise of New Champions se apoya en uno de los arcos más famosos del manga para mezclar nostalgia y nuevos acontecimientos en un modo historia muy satisfactorio. Logra plantar un competente modo on-line en el que crear tu propio equipo de ensueño y cuenta con escenas animadas exclusivas.
WWE 2K Battlegrounds es a WWE 2K lo que Playgrounds a NBA 2K. Lo mejor es que democratiza los videojuegos de wrestling y lo devuelve a todos los jugadores sin importar su especialización en el género. Una cantidad ingente de contenido y modos de juego divertidos que brillan, particularmente, en el juego local.
Bugsnax es el típico videojuego hecho para salirse de lo habitual, para deleitar a los paladares que creen haberlo probado todo. No tiene la mejor realización técnica, ni tampoco una jugabilidad precisamente actual, pero si quieres algo original puede que sea tu opción.
Twin Mirror es otro interesante experimento de Dontnod, comprometida a trasladar sus inquietudes sobre temas humanos y sociales a través del medio, que en esta ocasión no logra con tanta maestría por un desarrollo algo apresurado, pero que sigue resultando divertido y estimulante.
Chronos: Before the Ashes es un buen juego de rol y acción. Su propuesta de ganar edad con cada muerte es interesante aunque se podía haber explorado en mayor profundidad. A pesar de ello, la aventura coloca al jugador sobre el filo de la navaja en cada combate y sabe acompañar su exploración de buenos y originales puzles que están perfectamente integrados en su diseño.
Tohú es muy bonito y tiene un mundo de juego precioso. Jugarás para verlo todo y para conocer su historia, pero como aventura gráfica falla en la comprensión de sus acertijos, en su ritmo y hasta en la coherencia de lo que te pide hacer. La excesiva cantidad de elementos móviles en pantalla juegan a favor del placer estético pero en contra de lo jugable.
Olija ofrece justo lo que se propone en el poco tiempo que dura: acción plataformera con toques metroidvania y una ambientación entre lo flamenco y lo japonés, con un trasfondo enigmático pero interesante para el jugador. Y eso es lo que importa.
