Grandes ideas y un buen escenario de juego no son suficientes para hacer de Valley, la nueva aventura de los autores de Slender: The Arrival, ese gran videojuego que esperábamos. Su historia se sigue con interés y presenta momentos de gran belleza audiovisual pero en el fondo, la obra de Blue Isle Studios no termina de funcionar en casi ningún aspecto.
PlayStation VR Worlds es un buen pack para experimentar la realidad virtual por primera vez y enseñarlo a familia y amigos. Probablemente debería haberse incluido dentro del pack inicial de las gafas, puesto que más allá de la primera experiencia las demostraciones son anecdóticas, restando atractivo a adquirirlo por separado.
Un arcade de velocidad simple y directo pero carente de chispa. Así es la nueva entrega de la famosa saga de motos creada en su momento por el gran Paul Cuisset, serie que sin duda ha vivido tiempos mejores. Divierte al principio y posee una amplia cantidad de opciones de juego, pero posee carencias jugables y técnicas demasiado importantes como para maravillar a los fans de la velocidad.
El estudio Moon Factory no ha terminado de moldear la aventura plataformera que todos esperábamos. Y es que sus errores jugables impiden a este robot hacernos disfrutar como él hubiera querido, aunque tampoco es que se trate de un desastre en absoluto.
Flatout 4: Total Insanity trata de correr junto a los primeros títulos de la licencia, cogiendo su rebufo… pero descubre que al poco de salir, ya se han escapado. El videojuego de los galos de Kylotonn se acaba convirtiendo en una locura motorizada sin sentido de la diversión, que aburre a las pocas carreras y que no cuenta con una calidad acorde a lo que el género necesita.
Sin ser un mal juego, dado que posee algunas ideas interesantes, Drawn to Death es un shooter en tercera persona enfocado únicamente al modo online multijugador que presenta demasiados inconvenientes como para destacar en un segmento de juegos tan saturado. Su carga de contenido es bastante baja, sólo admite a cuatro jugadores simultáneos y la nómina de protagonistas se queda corta.
El personaje PaRappa se merecía más, mucho más en su regreso a la actualidad. Esta conversión es una de las peores que hemos tenido la desgracia de ver en PS4, y sólo se salva tanto su magnífica banda sonora como el encanto que rezuma el título en general.
Para mí reencontrarme con Syberia 3 ha sido como hacerlo después de varios años con un viejo amigo que, sin embargo, trae malas noticias. En primera instancia no te dejas llevar por el hecho de que su imagen esté muy desmejorada; pero poco a poco, y según vas descubriendo lo mal que le ha ido durante su ausencia, el café que tomas con él va tornándose más y más amargo.
NBA Playgrounds tiene sus fallos. La naturaleza de alguna de sus mecánicas nos resulta oscura e inaccesible. En general es un título con algunas aristas que cuesta obviar. Visualmente cumple, pero aunque el diseño de los personajes sea carismático, ya nos prepara para esperarnos algo tontorrón y despreocupado. Quizá en ese aspecto sí que sea más coherente el juego.
Theseus no logra destacar en ningún aspecto jugable o narrativo, ya que es una experiencia tan corta que no da tiempo a profundizar en su historia o sus mecánicas. Pero hay algo sugerente en él, en esta ambientación tan oscura y onírica del mito de Teseo y el Minotauro que nos deja con ganas de más. Como nos ha llegado, queda en una estimulante curiosidad.
The Inpatient parece una obra primeriza, que comete todos los errores de novato de un juego centrado en querer contarte una historia y, por el camino, meterte tensión en el cuerpo. Su desarrollo carece de ritmo, interés y resulta, cuanto menos, inconexo. Hay mejores juegos y experiencias en realidad virtual y, sobre todo, mucho más relevantes.
Metal Gear Survive no es, ni mucho menos, el absoluto desastre que algunos presagiaban, pero tampoco es un videojuego memorable. El género de los títulos de supervivencia está atestado de propuestas, y las mejores están a mucha distancia de lo nuevo de Konami que peca de repetitivo e irregular, pero eso no significa que todo sea detestable en él.
Sin poder tacharlo de desastroso bajo ningún concepto, es cierto que Bravo Team supone una decepción. Supermassive Games ha querido dotar a su shooter bélico de personalidad, algo que ha conseguido, pero por el camino ha cometido errores en su diseño que afean el resultado y coartan de manera sustancial la jugabilidad que ofrece el título.
Scribblenauts Showdown destaca por ofrecer dos esquemas de juego diferentes, aventura y party game. Una propuesta bastante ambiciosa que por desgracia se ha quedado a medio camino porque en ninguna de las dos vertientes consigue destacar, quedándose algo limitado en muchos aspectos.
Crear un videojuego sobre una disciplina como el Dakar no es sencillo, y se nota que Bigmoon Entertainment ha encontrado bastante dificultades en esta primera edición, empezando por un control muy mejorable.
Todavía es pronto para saber si este lanzamiento hará daño a la marca a largo plazo, porque ya sabemos que el usuario muchas veces ni perdona ni olvida y Fallout 76 es la peor entrega de la saga con diferencia: No hay forma de maquillar eso. Así que es imposible recomendar su propuesta RPG multijugador más allá de los hardcore del on-line y los adictos a los botínes y la progresión.
Una gran idea que no ha sido ejecutada con la maestría esperada. Sinner: Sacrifice for Redemption es un interesante videojuego de acción que en la línea de la saga Souls, te enfrenta a temibles enemigos a los que no es fácil vencer.
Con un plantel de luchadores formado por personajes de Dragon Ball, Naruto, One Piece y tantas otras grandes sagas de la revista Shonen Jump, es una pena que Spike Chunsoft no haya sabido aprovechar la ocasión para crear un videojuego de peleas de mayor categoría.
Respaldando al lanzamiento de Wolfenstein: Youngblood, Bethesda nos trae un juego diseñado de manera específica para la Realidad Virtual. Y lo cierto es que se trata de un título poco sorprendente en lo jugable pero más que entretenido, que nos permite tomar el control de tres máquinas bastante diferentes entre sí, especialmente el dron.
No hay nada esencialmente bueno ni malo en un Stranger Things 3: The Game que hace los deberes para agradar a los fans de la serie de Netflix, y poco más. Eso sí, hay algunas cosas rescatables como su cooperativo y su estética, que encantará a los nostálgicos, lo que unido a una buena duración pueden hacernos pasar un rato agradable con él. Es un videojuego que no aspira a más, pero tampoco a menos.
Corto a todas luces en contenido: ocho personajes de serie, un modo campaña repetitivo de tres horas que no aporta nada a los seguidores del anime, un insípido modo horda y un supervivencia clásico. Deben gustarte mucho sus mecánicas para poder sacar partido a tan pocos protagonistas en su modo en línea. Y es una pena, porque en lo jugable está lejos de ser un mal videojuego de lucha tridimensional.
Pese a que Exception ofrece un buen desafío en un género como el de los plataformas desafiantes, no logra estar a la altura de los grandes exponentes por una falta de control y respuesta en sus situaciones más complicadas. Aunque descuida ciertos aspectos de diseño, puede saciar el apetito de los ávidos aficionados a estos juegos, gracias a su ingente cantidad de niveles.
A Knight's Quest es un interesante homenaje a las aventuras 3D clásicas de cambio de siglo. Se vale de los bajos recursos de la época para levantar un entorno vasto pero vacío, con un diseño algo caótico y mecánicas jugables bastante simplonas.
Citadel: Forged With Fire tiene buenas premisas, alguna idea original y buena apariencia, pero al final cae en los problemas más recurrentes de los sandbox MMO habituales.
1971 Project Helios es una propuesta interesante en el género de la estrategia, con buenas ideas y muy divertido cuando quiere. Lo malo es que los problemas con su cámara, la irregularidad de su ritmo y sus bugs hacen que jugar no sea todo lo agradable que pudiera ser. Y es una lástima, porque tiene algunos momentos de brillantez.
