Llama la atención el mimo desaforado de este pack por la primera entrega de Bioshock y, en cambio, el cierto pasotismo que deja ver por las otras dos. No sólo por la ausencia de extras en éstas, sino incluso por la ausencia del más que notable multijugador de la segunda.
Prey ha sido una experiencia a la que sin duda me gustaría volver una segunda vez para ahondar más en sus posibilidades. Si bien abarca demasiado y descuida algunas de ellas en algunos momentos de la aventura, en líneas generales el gran diseño que se ha realizado de la Talos 1 te mantiene desarrollando las habilidades de Morgan y cumpliendo misiones secundarias con gran eficacia e interés.
Un trabajo técnico a la altura de la obra que se quería remasterizar. Raven ha hecho una conversión de muy alta calidad respetando siempre el trabajo original. Es el mismo gran juego de siempre tanto para descubrir como para alejarte de la vorágine de personalización y decenas de opciones de la actualidad.
Destiny 2 es una hermosa, adictiva y pirotécnica demostración de lo que el primer Destiny debió ser de salida. Y parece que Bungie lo sabía, y se ha esforzado más en pulir cosas que en presentar novedades: No hay clases nuevas, no hay enemigos inéditos que acribillar y no hay demasiados fichajes jugables que nos hagan pensar que lo que tenemos entre manos es una secuela como tal, y no uno de esos famosos 1.5.
Black Ops III no es una entrega revolucionaria a pesar de que introduce muchas ideas y un mayor énfasis en lo narrativo, pero sigue manteniéndose dentro de las cotas de calidad de los Call of Duty.
DOOM es diversión rápida, directa, frenética. Hacía tiempo que no nos enfrentábamos a una campaña de un shooter tan veloz y lleno de ritmo. Es su parte principal y es la más lograda. El multjugador es poco inspirado, al intentar una mezcolanza de lo nuevo y lo viejo, mientras que el Snapmap es un editor lleno de posibilidades aún por explotar.
Advanced Warfare mejora respecto al año pasado, pero su resumen viene siendo el mismo: gran experiencia multijugador y continuista vertiente individual. La introducción del exoesqueleto se materializa en la experiencia online más vertiginosa hasta la fecha, transformando la jugabilidad pero sin perder el alma Call of Duty.
Disparos made in Texas y MOBA. Identidad única para cada protagonista, una campaña muy rejugable e interesante y un competitivo que es la joyita de la corona de lo nuevo de Gearbox.
Al igual que Human Revolution, Mankind Divided vuelve a ser más rotundo como conjunto que como vistazo independiente a las diferentes partes que lo conforman. Puede que no sea el mejor en sigilo, ni en exploración, ni tampoco en la vertiente shooter; sin embargo todas las fracciones que componen su experiencia jugable lo convierten al nuevo Deus Ex en un estupendo lanzamiento.
Aquí tenemos una nueva reedición para Next Gen de una licencia de éxito, que en esta ocasión está compuesta por dos títulos de gran calidad. Y es que tanto Metro 2033 como su continuación, Last Light, son dos auténticas joyas del género que deberían ser rejugadas por todos aquellos que ya lo hicieran en su momento.
They Shall Not Pass es una primera expansión equilibrada. Estamos seguros de que con la siguiente DICE logrará alcanzar un momento de originalidad más necesario, pero por ahora la calidad de la oferta es encomiable.
Payday 2 puede presumir de ser uno de los grandes juegos de acción cooperativa del momento. Su complejidad jugable, aderezada por unos tiroteos realmente espectaculares y muy emocionantes, hacen de él un gran juego para cualquiera que guste de las batallas en equipo. Y no es para menos.
Star Wars Battlefront 2 parece haber nacido para cumplir los deseos de los aficionados. Sin ser el colmo de la profundidad, el multijugador es colosal en cuanto a épica, y la campaña, sin ser precisamente memorable y con importantes déficits jugables, sí puede agradar a los más fans.
Destiny 2 Shadowkeep no alcanza los estándares demoledores de Forsaken (2018) pero compensa sus carencias con una experiencia general revisada, mucho más necesaria y acertada. Más que una expansión, es toda una declaración de intenciones que sienta las bases y pasos a seguir para los años venideros y, prácticamente, una cita obligada para todos los jugadores habituales de Destiny.
Es difícil acceder a Farpoint por todos los accesorios que demanda, pero si lo haces descubrirás un juego sólido, centrado en el arte de disparar, que domina mediante VR y controles de movimiento lo que muchos juegos prometen y pocos han logrado.
Rocket Arena es un multijugador realmente divertido y que cumple de sobra con casi todo lo que le puedes pedir de lanzamiento: juego cruzado, clasificatorias, partidas privadas y más. Disfruta de una buena variedad de personajes, mapas y modos interesantes, aunque tiene que lograr atraparte de verdad para que no te canse al cabo de unas pocas horas.
Su elevada dificultad y lo inteligente en el diseño de sus niveles hacen de DeadCore un muy buen juego de plataformas y puzles en primera persona que, con el frenetismo y la intensidad de su acción por bandera, os atrapará con sus despiadadas trampas mortales y la vistosidad de sus entornos. Tratar de mejorar las marcas en el modo Speedrun supone, además, una buena forma de alargar su vida durante muchas horas.
En Beyond Light, Destiny 2 se enfrenta a una serie de problemas serios: hay mucho contenido "de vacaciones", muchas armas se quedan desactualizadas, y la economía del juego puede hacerse frustrante.
Dishonored: La Muerte del Forastero se siente como un epílogo final a una obra que ha dado de sí todo lo posible. Intenta no repetirse, aunque para ello deba ser más pequeña y compacta. Habría ayudado un precio de lanzamiento o menos o un mayor número de misiones, pero la fluidez de su sigilo, su verticalidad y su diseño de niveles sigue rayando la perfección.
Dying Light ofrece un más que notable entretenimiento para los fans de las aventuras de supervivencia. Su potente apuesta por el parkour es el mayor elemento diferenciador con respecto a Dead Island, y si bien repite algunos de los errores de aquel, en líneas generales se trata de un producto también entretenido y recomendable.
Destiny, con sus fortalezas y sus debilidades, es ante todo un gran videojuego de acción con contenidos como para mantenernos entretenidos muchas horas, y con un buen equilibrio entre campaña cooperativa y multijugador competitivo.
Genesis Alpha One es un juego que mezcla mecánicas de estrategia, acción, defensa de torres y roguelike en una sola experiencia. En esta búsqueda por encontrar un planeta habitable, tendremos que explorar planetas y luchar contra las criaturas alienígenas y hostiles que intentarán destruir nuestra nave.
Call of Duty: WWII da a los aficionados lo que deseaban, y eso puede parecer negativo algunas veces para la libertad creativa pero aquí resulta tremendamente efectivo. Poner de acuerdo sueños y aspiraciones siempre es complicado para una saga asentada, y Sledgehammer Games no arriesga en su apuesta por la Segunda Guerra Mundial.
Evolve es muchas cosas, pero la conclusión más potente es la de que Turtle Rock Studios vuelve a ser capaz de sorprendernos. El planteamiento era arriesgado, pero han conseguido cuajar un lanzamiento divertido, espectacular y que tiene un adictivo componente de desbloqueos y progresión.
Los usuarios de PSVR pueden adentrarse con The Persistence en un thriller de miedo y ciencia ficción muy bien recreado que, de hecho, se postula como una de las grandes sorpresas para dicho periférico de lo que va de año.
